Søren Kierkegaard nació en una acaudalada familia de Copenhague. Su padre, Michael Pedersen Kierkegaard, era un hombre muy religioso. Estaba convencido de que se había ganado la ira de Dios, y por ello creía que ninguno de sus hijos viviría más allá de la edad de Jesucristo, 33 años. Pensaba que sus pecados, tales como maldecir el nombre de Dios en su juventud y posiblemente embarazar a la madre de Kierkegaard fuera del matrimonio, eran merecedores de ese castigo. Aunque muchos de sus siete hijos fallecieron jóvenes, su predicción se demostró errónea al superar dos de ellos dicha edad. En esa temprana introducción a la noción de pecado, y en la relación entre padre e hijo, radican los fundamentos de gran parte de los trabajos de Kierkegaard (particularmente de Temor y temblor). La madre de Kierkegaard, Anne Sørensdatter Lund Kierkegaard, no es mencionada directamente en sus libros, aunque también ejerció influencia sobre sus obras más tardías. A pesar de que la melancolía religiosa ocasionalmente afectaba a su padre, Kierkegaard y él estaban estrechamente unidos. Kierkegaard aprendió a explorar el reino de su imaginación mediante una serie de ejercicios y juegos que ambos practicaban juntos.
El padre de Kierkegaard murió el 9 de agosto de 1838, a la edad de 82 años. Antes de su fallecimiento, le pidió a Søren que se hiciera pastor. La vida religiosa de su padre había influido profundamente en Søren, y se sintió obligado a cumplir su deseo. Dos días después, el 11 de agosto, Kierkegaard escribió: «Mi padre murió el miércoles.[6] Había deseado mucho que viviera unos pocos años más y veo su muerte como el último de los sacrificios que hizo por mí; ...murió por mí con el fin de que, de ser posible, pueda convertirme todavía en algo. De todo lo que he heredado de él, su recuerdo, su transfigurado retrato... es lo más preciado para mí, y tendré mucho cuidado de preservar su memoria escondida a salvo del mundo».[7]
Kierkegaard asistió a la "Escuela de Virtud Cívica", sobresaliendo en latín e historia. Continuó estudiando teología en la Universidad de Copenhague, pero estando allí se inclinó más hacia la filosofía y la literatura. En la universidad, Kierkegaard escribió su disertación, Sobre el concepto de ironía en constante referencia a Sócrates, la cual fue considerada por los expertos de la universidad como un trabajo notable y bien pensado, aunque mencionaron que se excedía ligeramente en lo literario para ser una tesis filosófica.[8] Kierkegaard se graduó el 20 de octubre de 1841 con un Magistri Artium, que hoy en día correspondería a un PhD. Con la herencia familiar Kierkegaard pudo financiar su educación, sus gastos y varias publicaciones de sus primeras obras.
OBRAS:
O lo uno o lo otro (1843) (Enten – Eller)
Dos discursos edificantes (To opbyggelige Taler)
Temor y temblor (Frygt og Bæven)
Repetición (Gjentagelsen)
Cuatro discursos edificantes (1843) (Fire opbyggelige Taler)
Tres discursos edificantes (1844) (Tre opbyggelige Taler)
Migajas filosóficas (Philosophiske Smuler)
Johannes Climacus
El diario de un seductor (Forførerens Dagbog)
El concepto de la angustia (Begrebet Angest)
Sobre el concepto de ironía en constante referencia a Sócrates (1841)(Om Begrebet Ironi, med stadigt Hensyn til Socrates)
Prefacios (Forord)
Tres discursos en ocasiones imaginadas (Tre Taler ved tænkte Leiligheder)
Etapas del camino de la vida (Stadier paa Livets Vei)
Un anuncio literario (En literair Anmeldelse)
Discursos edificantes en varios espíritus (Opbyggelige Taler i forskjellig Aand)
Las obras del amor (Kjerlighedens Gjerninger)
Discursos cristianos (Christelige Taler)
La crisis y una crisis en la vida de una actriz (Krisen og en Krise i en Skuespillerindes Liv)
Los lirios del campo y las aves del cielo (Lilien paa Marken og Fuglen under Himlen)
Dos pequeños tratados ético-religiosos (Tvende ethisk-religieuse Smaa-Afhandlinger)
La enfermedad mortal / Tratado de la desesperación (Sygdommen til Døden)
Mi punto de vista (1847) (Om min Forfatter-Virksomhed)
El instante (Öieblikket)
El Tratado de la Desesperación
[editar] Véase tambiénSubjetivismo moral
Caballero de fe
Cristianismo libertario
Personalismo
Existencialismo
Es la recopilacion de todas las clases de Filosofia y Tecnologia del grado 11° del colegio Manuela Beltran
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lunes, 18 de abril de 2011
Voltaire
François-Marie Arouet fue el último de los cinco hijos del notario François Arouet (1650 – 1 de enero de 1722) y de Marie Marguerite d'Aumary (1660 – 13 de julio de 1701), miembro de una familia noble de la provincia de Poitou-Charentes y que murió cuando él tenía siete años de edad. Estudió en el colegio jesuita Louis-le-Grand (1704–1711) durante los últimos años del reinado de Luis XIV, en el que aprendió latín y griego. En el colegio trabó amistad con los hermanos René-Louis y Marc-Pierre Anderson, futuros ministros del rey Luis XV.
Alrededor de 1706 Voltaire escribió la tragedia Amulius y Numitor, de la que se encontraron más tarde algunos fragmentos que se publicaron en el siglo XIX. Entre 1711 y 1713 estudió Derecho. Su padrino, el Abad de Châteauneuf, lo introdujo en una sociedad libertina, la Sociedad del Temple, y para esa época recibió una herencia de Ninon de Lenclos.
En 1713 obtuvo el cargo de secretario de la embajada francesa en La Haya, trabajo del que fue expulsado debido a un idilio con una refugiada francesa llamada Catherine Olympe Dunoyer. Durante esa época empezó a escribir su tragedia Edipo (que no se publicó hasta 1718). A la muerte de Luis XIV en 1715, el Duque de Orleáns asumió la regencia y el joven Arouet escribió una sátira contra el mismo Duque que le valió la reclusión por un año en la Bastilla (1717), tiempo que dedicó a estudiar literatura. Una vez liberado, fue desterrado a Châtenay, donde adoptó el seudónimo de Voltaire.
En 1718 su tragedia Edipo y en 1723 su epopeya La Henriade, dedicada al rey Enrique IV, tuvieron un gran éxito. Sin embargo, como producto de una disputa con el noble De Rohan, fue encarcelado de nuevo en la Bastilla y al cabo de cinco meses, fue liberado y desterrado a Gran Bretaña (1726–1729). Se instaló en Londres y allí Voltaire recibió una influencia determinante en la orientación de su pensamiento. Cuando regresó a Francia en 1728, Voltaire difundió sus ideas políticas, el pensamiento del científico Isaac Newton y del filósofo John Locke.
En 1731 escribió la Historia de Carlos XII, obra en la que esbozó los problemas y tópicos que, más tarde, aparecieron en su famosa obra Cartas filosóficas, publicada en 1734, donde defendió la tolerancia religiosa y la libertad ideológica, tomando como modelo la permisividad inglesa y acusando al cristianismo de ser la raíz de todo fanatismo dogmático. Por este motivo, en el mes de mayo se ordenó su detención y Voltaire se refugió en el castillo de Émilie du Châtelet, mujer con la que establecerá una larga relación amorosa y con la que trabajará en su obra La filosofía de Newton.
En esta misma época, tras el éxito de su tragedia Zaire (1734) escribió Adélaïde du Guesclin (1734), La muerte de César (1735), Alzira o los americanos (1736), Mahoma o el fanatismo (1741). También escribió El hijo pródigo (1736) y Nanine o el prejuicio vencido (1749), que tuvieron menos éxito que los anteriores.
En 1742 su Mahoma o el fanatismo es prohibida y un año después publica Mérope. Por esta época, Voltaire viajó a Berlín, donde fue nombrado académico, historiógrafo y Caballero de la Cámara real. Cuando murió Madame de Châtelet en 1749, Voltaire volvió a Berlín invitado por Federico II el Grande, llegando a alojarse como invitado en el Palacio de Sanssouci para participar en las tertulias a las que era muy aficionado el monarca. Durante aquella época escribió El siglo de Luis XIV (1751) y continuó, con Micromegas (1752), la serie de sus cuentos iniciada con Zadig (1748). Debido a algunas disputas con Federico II se le expulsó nuevamente de Alemania y, debido a la negativa de Francia de aceptar su residencia, Voltaire se refugió en Ginebra, Suiza, lugar en el que chocó con la mentalidad calvinista. Su afición al teatro y el capítulo dedicado a Miguel Servet en su Ensayo sobre las costumbres (1756) escandalizaron a los ginebrinos.
Su poema sobre Juana de Arco, la doncella (1755), y su colaboración en la Enciclopedia chocaron con el partido de los católicos. Fruto de esta época fueron el Poema sobre el desastre de Lisboa (1756) y la novela corta Cándido o el optimismo (1759), que fue inmediatamente condenada en Ginebra por sus irónicas críticas a la filosofía leibnitziana y su sátira contra clérigos, nobles, reyes y militares.
La residencia de Ferney.Se instaló en la propiedad de Ferney, donde vivió durante dieciocho años, recibió a la élite de los principales países de Europa, representó sus tragedias (Tancredo, 1760), mantuvo una copiosa correspondencia y multiplicó los escritos polémicos y subversivos para combatir el fanatismo clerical.
Cuatro años después redactó el Tratado sobre la tolerancia, y en 1764 su Diccionario filosófico. Desde entonces, siendo ya Voltaire un personaje famoso e influyente en la vida pública, intervino en distintos casos judiciales, como el caso Calas y el de La Barre, que estaba acusado de impiedad, defendiendo la tolerancia y la libertad frente a todo dogmatismo y fanatismo.
En 1778 Voltaire volvió a París. Se le acogió con entusiasmo y murió el 30 de mayo de ese mismo año, a la edad de 83 años. En 1791, sus restos fueron trasladados al Panteón
Alrededor de 1706 Voltaire escribió la tragedia Amulius y Numitor, de la que se encontraron más tarde algunos fragmentos que se publicaron en el siglo XIX. Entre 1711 y 1713 estudió Derecho. Su padrino, el Abad de Châteauneuf, lo introdujo en una sociedad libertina, la Sociedad del Temple, y para esa época recibió una herencia de Ninon de Lenclos.
En 1713 obtuvo el cargo de secretario de la embajada francesa en La Haya, trabajo del que fue expulsado debido a un idilio con una refugiada francesa llamada Catherine Olympe Dunoyer. Durante esa época empezó a escribir su tragedia Edipo (que no se publicó hasta 1718). A la muerte de Luis XIV en 1715, el Duque de Orleáns asumió la regencia y el joven Arouet escribió una sátira contra el mismo Duque que le valió la reclusión por un año en la Bastilla (1717), tiempo que dedicó a estudiar literatura. Una vez liberado, fue desterrado a Châtenay, donde adoptó el seudónimo de Voltaire.
En 1718 su tragedia Edipo y en 1723 su epopeya La Henriade, dedicada al rey Enrique IV, tuvieron un gran éxito. Sin embargo, como producto de una disputa con el noble De Rohan, fue encarcelado de nuevo en la Bastilla y al cabo de cinco meses, fue liberado y desterrado a Gran Bretaña (1726–1729). Se instaló en Londres y allí Voltaire recibió una influencia determinante en la orientación de su pensamiento. Cuando regresó a Francia en 1728, Voltaire difundió sus ideas políticas, el pensamiento del científico Isaac Newton y del filósofo John Locke.
En 1731 escribió la Historia de Carlos XII, obra en la que esbozó los problemas y tópicos que, más tarde, aparecieron en su famosa obra Cartas filosóficas, publicada en 1734, donde defendió la tolerancia religiosa y la libertad ideológica, tomando como modelo la permisividad inglesa y acusando al cristianismo de ser la raíz de todo fanatismo dogmático. Por este motivo, en el mes de mayo se ordenó su detención y Voltaire se refugió en el castillo de Émilie du Châtelet, mujer con la que establecerá una larga relación amorosa y con la que trabajará en su obra La filosofía de Newton.
En esta misma época, tras el éxito de su tragedia Zaire (1734) escribió Adélaïde du Guesclin (1734), La muerte de César (1735), Alzira o los americanos (1736), Mahoma o el fanatismo (1741). También escribió El hijo pródigo (1736) y Nanine o el prejuicio vencido (1749), que tuvieron menos éxito que los anteriores.
En 1742 su Mahoma o el fanatismo es prohibida y un año después publica Mérope. Por esta época, Voltaire viajó a Berlín, donde fue nombrado académico, historiógrafo y Caballero de la Cámara real. Cuando murió Madame de Châtelet en 1749, Voltaire volvió a Berlín invitado por Federico II el Grande, llegando a alojarse como invitado en el Palacio de Sanssouci para participar en las tertulias a las que era muy aficionado el monarca. Durante aquella época escribió El siglo de Luis XIV (1751) y continuó, con Micromegas (1752), la serie de sus cuentos iniciada con Zadig (1748). Debido a algunas disputas con Federico II se le expulsó nuevamente de Alemania y, debido a la negativa de Francia de aceptar su residencia, Voltaire se refugió en Ginebra, Suiza, lugar en el que chocó con la mentalidad calvinista. Su afición al teatro y el capítulo dedicado a Miguel Servet en su Ensayo sobre las costumbres (1756) escandalizaron a los ginebrinos.
Su poema sobre Juana de Arco, la doncella (1755), y su colaboración en la Enciclopedia chocaron con el partido de los católicos. Fruto de esta época fueron el Poema sobre el desastre de Lisboa (1756) y la novela corta Cándido o el optimismo (1759), que fue inmediatamente condenada en Ginebra por sus irónicas críticas a la filosofía leibnitziana y su sátira contra clérigos, nobles, reyes y militares.
La residencia de Ferney.Se instaló en la propiedad de Ferney, donde vivió durante dieciocho años, recibió a la élite de los principales países de Europa, representó sus tragedias (Tancredo, 1760), mantuvo una copiosa correspondencia y multiplicó los escritos polémicos y subversivos para combatir el fanatismo clerical.
Cuatro años después redactó el Tratado sobre la tolerancia, y en 1764 su Diccionario filosófico. Desde entonces, siendo ya Voltaire un personaje famoso e influyente en la vida pública, intervino en distintos casos judiciales, como el caso Calas y el de La Barre, que estaba acusado de impiedad, defendiendo la tolerancia y la libertad frente a todo dogmatismo y fanatismo.
En 1778 Voltaire volvió a París. Se le acogió con entusiasmo y murió el 30 de mayo de ese mismo año, a la edad de 83 años. En 1791, sus restos fueron trasladados al Panteón
Denis Diderot
Denis Diderot nació el 5 de octubre de 1713 en Langres (Francia). Comenzó su educación en el colegio jesuita, consiguiendo ser maestro de artes en grado de filosofía a los 19 años (1732).
Estudió leyes, en contra de la opinión de su padre, el cual quería que su hijo ingresara en el clero. Cuando, a los 21 años (1734), Diderot le habló a su padre su deseo de ser escritor, éste lo rechazó y Denis inició una vida bohemia que duraría 10 años.
A los 30 años (1743), Diderot se casó con Antoinette Champion, una costurera muy católica. Debido a la clase social a la cual pertenecía la mujer, el enlace fue considerado inapropiado, pues además Champion tenía poca educación y carecía de dote. A pesar de ello, Diderot y Antoinette tuvieron una hija: Angelique Diderot.
Cuando la hermana monja de Diderot falleció, la opinión de éste sobre la religión se vio afectada. A pesar de ello, fue reconocido por sus obras y fue escogido miembro de la Academia Francesa. No se enriqueció por sus obras, prueba de ello es que tuvo que vender su biblioteca para poderle ofrecer un dote a su hija Angelique. Fue Catalina II de Rusia, una activa escritora de cartas a Madame Geoffrin, quien mandó comprar la biblioteca cuando conoció las estrecheces económicas de Diderot debido a que tenían un amigo en común: Grimm.
En el invierno de 1773, con 60 años, Diderot fue invitado a la corte de San Petersburgo. Allí pasó varios meses como consejero de la zarina. Ella declaró una vez que «termino mis conversaciones con él con los muslos macerados y negros de cardenales. De modo que me he visto obligada a colocar una mesa entre él y yo».
OBRAS:
Los primeros trabajos de Diderot incluyen la traducción de la Historia de Grecia de Stanyan (1743); junto con dos amigos, François-Vincent Toussaint y Marc-Antoine Eidous, produjo la traducción del Diccionario médico de Robert James (1746–1748), y sobre la misma época publicó una libre interpretación de Inquiry Concerning Virtue and Merit de Shaftesbury (1745). En 1746 escribió su primera obra original: Pensamientos filosóficos (Pensées philosophiques), en donde presenta su pensamiento deísta, y presentó un pequeño ensayo sobre la suficiencia de la religión natural.
En 1747 escribió Promenade du sceptique, una obra sobre las extravagancias del catolicismo. Lettre sur les aveugles (1749) le presentó como un original pensador. El inmediato objeto de su obra fue el de mostrar la dependencia de las ideas del hombre de sus cinco sentidos.
Otras de sus obras fueron La Religiosa (La Religieuse) de 1796, en donde critica la vida en los conventos; Jacques el fatalista (Jacques le fataliste), de 1796, en donde analiza la psicología del libre albedrío; Carta sobre los ciegos (Lettre sur les aveugles), La paradoja del comediante (Le paradoxe du comedien), El hijo natural (Le fils naturel), El sobrino de Rameau (Le neveu de Rameau), donde critica la sociedad de la época; y creó una revista de crítica de arte (Salons).
Además publicó varias críticas de arte en sus Essais sur la peinture, alabados por Goethe, y en Salones, un diario en donde publicaba sus críticas de las exposiciones artísticas.
El editor francés André Le Breton, librero de éxito y especialista en la traducción de obras inglesas, obtiene en 1745 una licencia para efectuar una traducción al francés de la enciclopedia de Ephraim Chambers. Breton elige en principio para dirigir el proyecto a John Mills un inglés residente en Francia y al abate Jean Paul de Gua de Malves pero por diferentes razones abandonaron el proyecto. En 1747 Le Breton le encarga a Diderot y Jean Le Rond d'Alembert la elaboración editorial de la Encyclopédie.
Los editores reunieron un vasto capital y entre 1751 y 1772 se fue completando con participaciones de escritores como Voltaire, Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau, Adam Smith. En estos veinte años se produjeron muchos desaires en contra de la obra ya que hubo deserciones de amigos que ayudaban a Diderot, polémicas entre las clases aristocráticas, y persecución y rechazo por parte de la Iglesia que produjo censura y desavenencias entre Diderot y D’Alembert. Además en 1759 el Consejo del rey suprimió los diez primeros volúmenes, pero Diderot siguió elaborando la enciclopedia en secreto
Diderot murió en París (Francia) por problemas gastrointestinales el 31 de julio de 1784. Tenía 70 años.
Estudió leyes, en contra de la opinión de su padre, el cual quería que su hijo ingresara en el clero. Cuando, a los 21 años (1734), Diderot le habló a su padre su deseo de ser escritor, éste lo rechazó y Denis inició una vida bohemia que duraría 10 años.
A los 30 años (1743), Diderot se casó con Antoinette Champion, una costurera muy católica. Debido a la clase social a la cual pertenecía la mujer, el enlace fue considerado inapropiado, pues además Champion tenía poca educación y carecía de dote. A pesar de ello, Diderot y Antoinette tuvieron una hija: Angelique Diderot.
Cuando la hermana monja de Diderot falleció, la opinión de éste sobre la religión se vio afectada. A pesar de ello, fue reconocido por sus obras y fue escogido miembro de la Academia Francesa. No se enriqueció por sus obras, prueba de ello es que tuvo que vender su biblioteca para poderle ofrecer un dote a su hija Angelique. Fue Catalina II de Rusia, una activa escritora de cartas a Madame Geoffrin, quien mandó comprar la biblioteca cuando conoció las estrecheces económicas de Diderot debido a que tenían un amigo en común: Grimm.
En el invierno de 1773, con 60 años, Diderot fue invitado a la corte de San Petersburgo. Allí pasó varios meses como consejero de la zarina. Ella declaró una vez que «termino mis conversaciones con él con los muslos macerados y negros de cardenales. De modo que me he visto obligada a colocar una mesa entre él y yo».
OBRAS:
Los primeros trabajos de Diderot incluyen la traducción de la Historia de Grecia de Stanyan (1743); junto con dos amigos, François-Vincent Toussaint y Marc-Antoine Eidous, produjo la traducción del Diccionario médico de Robert James (1746–1748), y sobre la misma época publicó una libre interpretación de Inquiry Concerning Virtue and Merit de Shaftesbury (1745). En 1746 escribió su primera obra original: Pensamientos filosóficos (Pensées philosophiques), en donde presenta su pensamiento deísta, y presentó un pequeño ensayo sobre la suficiencia de la religión natural.
En 1747 escribió Promenade du sceptique, una obra sobre las extravagancias del catolicismo. Lettre sur les aveugles (1749) le presentó como un original pensador. El inmediato objeto de su obra fue el de mostrar la dependencia de las ideas del hombre de sus cinco sentidos.
Otras de sus obras fueron La Religiosa (La Religieuse) de 1796, en donde critica la vida en los conventos; Jacques el fatalista (Jacques le fataliste), de 1796, en donde analiza la psicología del libre albedrío; Carta sobre los ciegos (Lettre sur les aveugles), La paradoja del comediante (Le paradoxe du comedien), El hijo natural (Le fils naturel), El sobrino de Rameau (Le neveu de Rameau), donde critica la sociedad de la época; y creó una revista de crítica de arte (Salons).
Además publicó varias críticas de arte en sus Essais sur la peinture, alabados por Goethe, y en Salones, un diario en donde publicaba sus críticas de las exposiciones artísticas.
El editor francés André Le Breton, librero de éxito y especialista en la traducción de obras inglesas, obtiene en 1745 una licencia para efectuar una traducción al francés de la enciclopedia de Ephraim Chambers. Breton elige en principio para dirigir el proyecto a John Mills un inglés residente en Francia y al abate Jean Paul de Gua de Malves pero por diferentes razones abandonaron el proyecto. En 1747 Le Breton le encarga a Diderot y Jean Le Rond d'Alembert la elaboración editorial de la Encyclopédie.
Los editores reunieron un vasto capital y entre 1751 y 1772 se fue completando con participaciones de escritores como Voltaire, Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau, Adam Smith. En estos veinte años se produjeron muchos desaires en contra de la obra ya que hubo deserciones de amigos que ayudaban a Diderot, polémicas entre las clases aristocráticas, y persecución y rechazo por parte de la Iglesia que produjo censura y desavenencias entre Diderot y D’Alembert. Además en 1759 el Consejo del rey suprimió los diez primeros volúmenes, pero Diderot siguió elaborando la enciclopedia en secreto
Diderot murió en París (Francia) por problemas gastrointestinales el 31 de julio de 1784. Tenía 70 años.
Jean-Jacques Rousseau
(Ginebra, Suiza, 28 de junio de 1712 - Ermenonville, Francia, 2 de julio de 1778) fue un escritor, filósofo y músico definido como un ilustrado, siendo parte de sus teorías una reforma a la Ilustración y prefigurando al posterior Romanticismo Las ideas políticas de Rousseau influyeron en gran medida en la Revolución francesa, el desarrollo de las teorías republicanas y el crecimiento del nacionalismo. Su herencia de pensador radical y revolucionario está probablemente mejor expresada en sus dos más célebres frases, una contenida en El contrato social: «El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado»; la otra, contenida en su Emilio o de la Educación: «El hombre es bueno por naturaleza», de ahí su idea de la posibilidad de una educación.
Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu (18 de enero de 1689 - 10 de febrero de 1755), fue un cronista y pensador político francés que vivió en la llamada Ilustración.
Es uno de los filósofos y ensayistas ilustrados más relevantes en especial por la articulación de la teoría de la separación de poderes, que se da por descontado en los debates modernos sobre los gobiernos, y ha sido implementado en muchas constituciones a lo largo del mundo.
Obras
• Les causes de l'écho
• Les glandes rénales
• La cause de la pesanteur des corps
• La damnation éternelle des païens (1711)
• Système des Idées (1716)
IMAGEN
Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu (18 de enero de 1689 - 10 de febrero de 1755), fue un cronista y pensador político francés que vivió en la llamada Ilustración.
Es uno de los filósofos y ensayistas ilustrados más relevantes en especial por la articulación de la teoría de la separación de poderes, que se da por descontado en los debates modernos sobre los gobiernos, y ha sido implementado en muchas constituciones a lo largo del mundo.
Obras
• Les causes de l'écho
• Les glandes rénales
• La cause de la pesanteur des corps
• La damnation éternelle des païens (1711)
• Système des Idées (1716)
IMAGEN
Baruch de Spinoza
(también escrito Baruj de Spinoza) (Hebreo: ברוך שפינוזה, Latín: Benedictus de Spinoza, Portugués: Bento de Espinosa), (Ámsterdam, 24 de noviembre de 1632 - La Haya, 21 de febrero de 1677) fue un filósofo neerlandés, de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz. Spinoza publicó dos obras en vida:
• Principios de la filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos (1663; versión en holandés, 1664)
• Tratado teológico-político (1670)
• Principios de la filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos (1663; versión en holandés, 1664)
• Tratado teológico-político (1670)
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
(Stuttgart, 27 de agosto de 1770 – Berlín, 14 de noviembre de 1831), filósofo alemán nacido en Stuttgart, Württemberg, recibió su formación en el Tübinger Stift (seminario de la Iglesia Protestante en Württemberg), donde trabó amistad con el futuro filósofo Friedrich Schelling y el poeta Friedrich Hölderlin. Le fascinaron las obras de Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Kant, Rousseau, así como la Revolución Francesa, la cual acabó rechazando cuando ella cayó en manos del terror jacobino. Se le considera el último de los Más Grandes Metafísicos. Murió víctima de una epidemia de cólera, que hizo estragos durante el verano y el otoño de 1831. Fenomenología del espíritu
es considerada la más importante obra de Hegel. Mientras vivía, publicó además la
Ciencia de la lógica (1812-1816),
es considerada la más importante obra de Hegel. Mientras vivía, publicó además la
Ciencia de la lógica (1812-1816),
Friedrich Nietzsche
nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, un pequeño pueblo en la provincia prusiana de Sajonia, cerca de Leipzig. Su nombre proviene del rey Federico Guillermo IV de Prusia, en cuyo cuadragésimo noveno aniversario nació. Sus padres eran Carl Ludwig Nietzsche (1813–1849), pastor luterano y preceptor privado en el ducado prusiano de Sajonia-Altenburgo, y Franziska Oehler (1826–1897). Su hermana Elisabeth Förster-Nietzsche nació en 1846, seguida por su hermano Ludwig Joseph en 1848. Tras la muerte del padre en 1849 y del hermano menor en 1850, la familia se trasladó a Naumburgo, donde vivió con su abuela materna y las hermanas solteras del padre bajo la vigilancia de Bemhard Dächsel, un magistrado local. Weimar, 25 de agosto de 1900
EMPIRISMO: DAVID HUME
En 1734, tras unos meses en Bristol, dejó el estudio autodidacta y realizó experimentos mentales en La Flèche (Anjou, Francia). Durante los cuatro años que permaneció allí, diseñó su plan de vida, como escribiría en De mi propia vida (1776), decidiendo «hacer que una estricta frugalidad supla mi falta de fortuna, para mantener mi independencia intacta, y para considerar todos los objetos contingentes excepto la mejoría de mi talento para la literatura». En La Fleche completó Tratado de la naturaleza humana (1739) a la edad de veintiséis años. Aunque hoy en día se considera al Tratado el trabajo más importante de Hume y uno de los libros más relevantes de la historia de la filosofía, el público británico le dispensó una fría acogida. El mismo Hume describió la falta de reacción popular ante la publicación de su Tratado en 1739–40 al escribir que «Nacido muerto desde la imprenta, sin ni siquiera alcanzar la distinción necesaria para levantar un murmullo entre los fanáticos. Pero, de temperamento alegre y optimista, me recuperé pronto de la decepción y proseguí con ardor mis estudios». Entonces escribiría Un resumen de un libro publicado recientemente; titulado, Tratado de la naturaleza humana. Donde el argumento central del libro se ilustra y explica. Sin revelar su autoría, intentó hacer su trabajo más inteligible acortándolo, pero incluso esta labor publicitaria erró en su propósito de despertar el interés en el Tratado.
Tras la publicación de Ensayos de moral y política en 1744 solicitó una cátedra de ética y pneumática (psicología) en la Universidad de Edimburgo, pero fue rechazado. Durante la Rebelión Jacobita de 1745 fue tutor del Marqués de Annandale. Fue entonces cuando comenzó su gran trabajo histórico Historia de Inglaterra (1654-62), obra que alcanzaría un éxito considerable, a diferencia de lo que ocurrió con el Tratado.
Hume fue acusado de herejía, pero sus amigos le defendieron alegando que al ser ateo estaba fuera de la jurisdicción de la Iglesia de Escocia. A pesar de resultar absuelto y posiblemente debido a la oposición de Thomas Reid de Aberdeen, que durante ese año criticó su metafísica desde el cristianismo, le fue denegada la cátedra de filosofía en la Universidad de Glasgow. En 1752, como relata en De mi propia vida, «La facultad de derecho me eligió como bibliotecario, un empleo por el que recibía escasos o nulos emolumentos, pero que puso bajo mi mando una gran biblioteca». Esta biblioteca le proporcionó las fuentes que le permitieron continuar con las investigaciones históricas necesarias para la escritura de su Historia de Inglaterra (1754-62).
RECONOCIMIENTO DE SUS OBRAS
Hume se granjeó notoriedad como ensayista e historiador. Los seis volúmenes de su Historia de Inglaterra abarcan desde los reinos sajones hasta la Revolución Gloriosa de 1688; se vendió mucho en su época. En ella, Hume presentaba al hombre como una criatura de costumbres, predispuesto a someterse en silencio al gobierno establecido a menos que se enfrente a la incertidumbre. Según él, sólo las diferencias religiosas podían desviar al hombre de sus vidas cotidianas para hacerle pensar en política.
El ensayo de Hume De la superstición y la religión estableció las bases del pensamiento laico. Los críticos con la religión de la época de Hume tenían que expresarse con cautela. Apenas 15 años antes del nacimiento de Hume, un estudiante de dieciocho años, Thomas Aikenhead fue juzgado por decir públicamente que el cristianismo era un sinsentido, blasfemia por la que sería ahorcado. Hume siguió la práctica habitual de expresar sus puntos de vista indirectamente, a través de personajes que dialogaban en su obra. Además, no reclamó la autoría del Tratado hasta el año de su muerte, en 1776. Sus ensayos Del suicidio, y De la inmortalidad del alma y sus Diálogos sobre la religión no se publicarían hasta después de su muerte, y aun así Hume no figuraba en ellos en los nombres del autor ni del editor. Hume fue tan hábil camuflando sus ideas que a día de hoy todavía se discute si en realidad era deísta o ateo. A pesar de ello, se le denegaron muchos cargos por declararse ateo.
Hay un relato (probablemente falso) sobre David Hume y su supuesto ateísmo. En él, Hume cae de su caballo en un barrizal y se empieza a hundir. Entonces pasa por allí una anciana y pía dama. Cuando ve al célebre ateo agitando sus brazos en un intento de salvar su vida se acerca al borde y le mira. Hume le suplica a la dama que le acerque una rama para poder escapar, pero ella responde que se niega a menos que proclame su devoción a Dios Todopoderoso. Hume finalmente hace lo que le pide y la dama le ayuda a salir.
De 1763 a 1765 Hume ejerció como secretario de Lord Hertford en París, donde se ganó la admiración de Voltaire y fue agasajado por las damas de la alta sociedad. Allí trabó una amistad con Rousseau que más tarde se estropearía. Escribió sobre su estancia en París «A menudo añoré la tosquedad de The Poker Club de Edimburgo... para corregir y rectificar tanta exquisitez». En 1768 se estableció en Edimburgo. En 1770, el filósofo alemán Immanuel Kant avivó el interés por los trabajos filosóficos de Hume al declarar que le habían despertado de «sueños dogmáticos» (circa) y desde entonces gozó del reconocimiento que había perseguido durante toda su vida.
James Boswell visitó a Hume pocas semanas antes de su muerte. Hume le dijo que sinceramente veía la vida después de la muerte como «el capricho más irracional». Hume escribió su propio epitafio: «Nacido en 1711, Muerto en 1776. Dejando a la posteridad que añada el resto» que está grabado conjuntamente con el año de su fallecimiento en la «sencilla tumba romana» que dejó escrito que prefería y que está situada, como deseaba, en la ladera este de Calton Hill, desde la que se ve su casa, en el número 1 de St David Street del New Town de Edimburgo.
LEGADO
Aunque Hume escribió sus obras en el siglo XVIII, su trabajo sigue siendo relevante en las disputas filosóficas de la actualidad, lo que contrasta con las aportaciones de muchos de sus contemporáneos. A continuación se ofrece un sumario de sus trabajos filosóficos más influyentes:
IDEAS E IMPRECIONES
Hume cree que todo el conocimiento humano proviene de los sentidos. Nuestras percepciones, como él las llamaba, pueden dividirse en dos categorías: ideas e impresiones. Así define estos términos en Investigación sobre el entendimiento humano: «Con el término impresión me refiero a nuestras más vívidas impresiones, cuando oímos, o vemos, o sentimos, o amamos, u odiamos, o deseamos. Y las impresiones se distinguen de las ideas, que son impresiones menos vívidas de las que somos conscientes cuando reflexionamos sobre alguna de las sensaciones anteriormente mencionadas». Más adelante precisa el concepto de las ideas, al decir «Una proposición que no parece admitir muchas disputas es que todas nuestras ideas no son nada excepto copias de nuestras impresiones, o, en otras palabras, que nos resulta imposible pensar en nada que no hayamos sentido con anterioridad, mediante nuestros sentidos externos o internos». Esto constituye un aspecto importante del escepticismo de Hume, en cuanto equivale a decir que no podemos tener la certeza de que una cosa, como Dios, el alma o el yo, exista a menos que podamos señalar la impresión de la cual, esa idea, se deriva.
EL PROBLEMA DE LA CAUSALIDAD
Cuando un acontecimiento sucede tras otro, la mayoría de la gente piensa que una conexión entre ambos acontecimientos hace que el segundo suceda al primero (post hoc ergo propter hoc). Hume desafió a esta creencia en su primer libro Tratado de la naturaleza humana y más tarde en su Investigación sobre el entendimiento humano. Se dio cuenta de que aunque percibimos que un elemento suceda al otro, no percibimos ninguna condición necesaria y suficiente entre los dos. Y, de acuerdo con su epistemología escéptica, sólo podemos confiar en el conocimiento que adquirimos a través de nuestras percepciones. Hume declaró que nuestra idea de causalidad consiste en poco más que la esperanza de que ciertos acontecimientos se den tras otros que los preceden.«No tenemos otra noción de causa y efecto, excepto que ciertos objetos siempre han coincidido, y que en sus apariciones pasadas se han mostrado inseparables. No podemos penetrar en la razón de la conjunción. Sólo observamos la cosa en sí misma, y siempre se da que la constante conjunción de los objetos adquiere la unión en la imaginación» (Hume, 1740: 93). En realidad no podemos decir que un acontecimiento causó al otro. Todo lo que sabemos es con seguridad que un acontecimiento está correlacionado con el otro. Para describir esto, acuñó el término conjunción constante, que consiste en que cuando vemos cómo un acontecimiento siempre causa otro lo que en realidad estamos viendo es que un acontecimiento ha estado siempre en conjunción constante con el otro (costumbre). En consecuencia, no tenemos ninguna razón para creer que el primero causó al segundo, o que continuarán apareciendo siempre en conjunción constante en el futuro (Popkin y Stroll, 1993: 268). La razón por la que presentamos este comportamiento no es que la causa-efecto sea el comportamiento de la naturaleza, sino los hábitos de la psicología humana (Popkin y Stroll, 1993: 272).
Esta concepción le quita toda la fuerza a la causación, y otros humeanos posteriores, como Bertrand Russell, han desechado la misma noción de causación aduciendo que es un tipo de superstición. Pero esto desafía al sentido común, creando el problema de la causación —¿Qué justifica nuestra confianza en la existencia de una conexión causal y de qué clase de conexión podemos saber?— un problema para el que no se ha encontrado solución. Hume sostuvo que tanto nosotros como otros animales tenemos una tendencia instintiva a creer en la causación debido al desarrollo de hábitos de nuestro sistema nervioso, una creencia que no podemos eliminar, pero que no podemos probar mediante ningún argumento, deductivo o inductivo.
EL PROBLEMA DE LA INDUCCION
En Investigación sobre el entendimiento humano (EHU), §4.1.20-27, §4.2.28-33.,[2] Hume articuló su tesis de que todo el razonamiento humano pertenece a dos clases, Relaciones de ideas y Hechos. Mientras que las primeras involucran conceptos abstractos como las matemáticas y están gobernadas por las certezas deductivas, los segundos comportan la experiencia empírica donde todos los razonamientos son inductivos. Dado que de acuerdo con Hume no podemos conocer nada de la naturaleza con anterioridad a la experimentación, incluso un hombre racional sin experiencia «no podría haber inferido de la transparencia y la fluidez del agua que sofocaría su sed, o a partir de la luz y el calor del fuego que le consumiría»(EHU, 4.1.6) Así que todo lo que podemos decir, pensar o predecir de la naturaleza debe venir de la experiencia previa, lo que lleva a la necesidad de la inducción.
La inferencia inductiva presupone que se puede confiar en los actos pasados como regla a partir de la que se puede predecir el futuro. Por ejemplo, si en el pasado ha llovido el 60% del tiempo cuando se dan unas condiciones atmosféricas determinadas, entonces en el futuro probablemente lloverá un 60% del tiempo si se dan las mismas condiciones. Pero aún queda el problema de cómo justificar tal inferencia, conocida como el principio de inducción. Hume sugirió dos posibles justificaciones, que sin embargo rechazó:
1. La primera justificación descansa en la suposición, tomada como una necesidad lógica, de que el futuro debe parecerse al pasado. Pero Hume puntualiza que podemos concebir un mundo caótico y errante en el que el futuro no tiene nada que ver con el pasado — o un mundo como el nuestro hasta el presente, que llegado a un punto cambia totalmente. Así que nada hace que el principio de inducción sea una necesidad lógica.
2. La segunda justificación, más modesta, apela a los éxitos anteriores de la inducción — en el pasado ha funcionado en la mayoría de las ocasiones, así que probablemente seguirá haciéndolo en el futuro. Pero, como Hume comenta, esta justificación hace uso del razonamiento circular en un intento de justificar la inducción mediante la reiteración, lo que nos devuelve al punto de partida.
El notable filósofo del siglo XX Bertrand Russell, confirmó y elaboró el análisis de Hume del problema en su trabajo Los problemas de la filosofía, capítulo 6.[3]
A pesar de la crítica de Hume a la inducción, sostuvo que era superior a la deducción en el reino del pensamiento empírico. Tal y como declara: «esta operación de la mente, por la que podemos inferir los efectos de las causas y viceversa, es esencial para la subsistencia de todas las criaturas humanas, es probable que pueda confiarse más en ella que en las falacias de la deducción de nuestra razón, que es lenta en sus operaciones; no aparece en los primeros años de la infancia; y como mucho es, en cualquier edad y periodo de la vida humana, extremadamente proclive al error».(EHU, 5.2.22).
RAZON PRACTICA: INSTRUMENTALISMO Y NIHILISMO
La mayoría de las personas consideran algunas conductas más razonables que otras. Por ejemplo, comer papel de aluminio parece irracional. Pero Hume negó que la razón tuviera un papel importante cara a motivar o desalentar la conducta. Según él, la razón no es más que una calculadora de conceptos y experiencia. Lo que en definitiva importa es como nos sentimos respecto a la conducta. Su trabajo se asocia con la doctrina del instrumentalismo, que dice que una acción es razonable si y sólo sí sirve para alcanzar las propios deseos, sean los que sean. La razón puede participar solamente informando acerca de las acciones que serán más útiles para alcanzar las metas y deseos, pero nunca dirá qué metas y deseos se deben de tener. Así que si alguien quiere ingerir papel de aluminio la razón dirá dónde encontrarlo, y no hay nada irracional en el hecho de comerlo o en querer hacerlo (a menos que se tenga un deseo más fuerte de conservar la salud). Hoy en día, sin embargo, se aduce que Hume fue un paso más allá adentrándose en el nihilismo, pues dijo que no había nada irracional en frustrar los propios deseos y metas. Tal conducta sería anormal, pero no sería contraria a la razón.
ETICA
Hume trató la ética por primera vez en el segundo y tercer libro del Tratado de la naturaleza humana (1739). Muchos años después, extrajo y extrapoló las ideas allí propuestas en un ensayo más corto titulado Investigación sobre los principios de la moral (1751). La aproximación de Hume a los problemas morales es fundamentalmente empírica. En lugar de decir cómo debería de operar la moral, expone cómo realizamos los juicios morales. Tras proporcionar varios ejemplos llega a la conclusión de que la mayoría (si no todas) de las conductas que aprobamos tienen en común que buscan incrementar la utilidad y el bienestar público. Al contrario que el también empirista Thomas Hobbes, Hume declara que no sólo realizamos juicios morales teniendo en cuenta nuestro propio interés, sino también el de nuestros conciudadanos. Hume defiende esta teoría de la moral al asegurar que nunca podemos realizar juicios morales basándonos únicamente en la razón. Nuestra razón trata con hechos y extrae conclusiones a partir de ellos, pero no nos puede llevar a elegir una opción sobre otra; sólo los sentimientos pueden hacerlo. Este argumento contra la moral fundamentada en la razón forma parte hoy en día de los argumentos antirrealistas.
Por tanto, Hume niega la existencia de una "razón práctica" y la posibilidad de una fundamentación racional de la ética. El objeto de la moral (pasiones, voliciones y acciones) no es susceptible de ese acuerdo o desacuerdo entre las ideas sobre las que se basan lo verdadero y lo falso. Si la razón no puede ser la fuente del juicio de valor, habrá que buscarlo en el sentimiento, que surge espontáneo en nosotros ante acciones susceptibles de lo que consideramos valoración moral. El análisis de este sentimiento revela que es una forma de placer o de "gusto". Ello le lleva a excluir de la moral todo rastro de austero moralismo o de mortificación del alma o del cuerpo, porque el fin de la moral es la felicidad y el gozo de vivir del mayor número de hombres posible.
Igualmente duro se muestra Hume ante el problema religioso. Menoscaba la pretensión de las pruebas de la existencia de Dios, y niega su existencia apelando al problema del mal en el mundo. La religión tiene su origen en el sentimiento de miedo de la gente y en la ignorancia de las causas de los eventos terribles de la naturaleza. En su libro Historia natural de la religión, defiende una evolución a partir del politeísmo, hasta llegar a la idea abstracta de la divinidad propia de las religiones monoteístas.
DETERMINISMO Y LIBRE ALBEDRIO
Muchos han advertido el conflicto aparente entre el libre albedrío y el determinismo – si las acciones que se realizan estaban predeterminadas desde hace miles de millones de años, entonces ¿Cómo es que podemos decidir? Pero Hume advirtió otro conflicto, al ver el problema desde la perspectiva contraria: el libre albedrío es incompatible con el indeterminismo. Si las acciones realizadas no están determinadas por acontecimientos anteriores entonces las acciones son completamente aleatorias. Además, y de más importancia para la filosofía humana, no están determinadas por el carácter o la personalidad – los deseos, las preferencias, los valores, etc. Pero, ¿Cómo podría ser alguien responsable de una acción que no es consecuencia de su carácter, sino que ocurre de forma aleatoria? El libre albedrío parece necesitar del determinismo, porque de lo contrario el agente y la acción no estarían conectados. Así que, mientras que el libre albedrío parece contradecir al determinismo, al mismo tiempo necesita del determinismo. La concepción de Hume de la conducta humana tiene causas, y por lo tanto al hacer a las personas responsables por sus acciones se debería intentar recompensarlas o castigarlas de tal forma que intentaran hacer lo que es moralmente deseable e intentaran evitar hacer lo que es moralmente indeseable.
EL PROBLEMA DEL SER Y DEL DEBER SER
Hume se percató de que muchos escritores hablaban sobre lo que debería ser partiendo de la base de lo que es; pero hay una gran diferencia entre las proposiciones descriptivas (lo que es) y las prescriptivas (lo que debe ser) (ver libro III, parte I, sección I del Tratado de la naturaleza humana). Hume pide a los escritores que se pongan en guardia ante estos cambios sin aportar explicaciones acerca de como se supone que las proposiciones prescriptivas deben de seguirse de las declarativas. La cuestión de ¿con qué exactitud se puede derivar el 'deber' del 'ser'? ha llegado a ser una de las cuestiones centrales de la teoría ética, y a Hume se le adjudica normalmente la opinión de que tal derivación es imposible (otros interpretan que Hume no dijo que una aserción fáctica no puede devenir en una aserción ética, sino que no podía hacerse sin prestar atención a los sentimientos humanos). Hume es probablemente uno de los primeros escritores que realizó una distinción entre lo normativo (lo que debería ser) y lo positivo (lo que es). G. E. Moore defendió una posición similar con su argumento de la pregunta abierta, en un intento de refutar cualquier identificación entre las propiedades morales y las naturales—la llamada falacia naturalista.
UTILITARISMO
Hume, junto con los demás miembros de la ilustración escocesa, fue probablemente el primero en proponer que la razón de los principios morales puede buscarse en la utilidad que tratan de promover. El papel de Hume, sin embargo, no debe sobreestimarse; fue Francis Hutcheson el que acuñó el lema del utilitarismo: «la mayor felicidad para el mayor número». Pero fue tras leer el Tratado de Hume cuando Jeremy Bentham sintió por primera vez la fuerza del sistema utilitario. Sin embargo, el proto-utilitarmismo de Hume es peculiar. No cree que la adición de unidades de utilidad proporcione la forma de llegar a la verdad moral. Al contrario, Hume era un sentimentalista moral y, como tal, pensaba que los principios morales no podían justificarse intelectualmente. Algunos principios simplemente nos parecen mejores que otros; y la razón de por qué los principios utilitarios nos parecen mejores es porque favorecen nuestros intereses y los de nuestros coetáneos, con los que simpatizamos. Los seres humanos están fuertemente predispuestos a aprobar normas que promuevan la utilidad pública de la sociedad. Hume usó esta idea para explicar cómo evaluamos un amplio abanico de fenómenos, desde las instituciones sociales y políticas gubernamentales a los rasgos de la personalidad.
EL PROBLEMA DE LOS MILAGROS
Para Hume, el único apoyo de la religión más allá del estricto fideísmo son los milagros, pero añadió que no eran gran cosa. Dio muchos argumentos, todos a partir de su concepción de milagro: una violación de las leyes de la naturaleza. Su definición exacta de milagro se puede encontrar en su Investigación sobre el entendimiento humano, donde dice que los milagros son violaciones de las leyes naturales y por tanto son muy improbables. Se ha criticado esta idea mediante el contraargumento de que tal dictado asume el carácter de los milagros y las leyes de la naturaleza antes de examinar los milagros, lo que es una sutil forma de dar por sentada la conclusión. También puntualizaron que este razonamiento apela a la inferencia inductiva, problemática en la filosofía humana, pues nadie ha observado todos los acontecimientos de la naturaleza ni examinado todos los posibles milagros (por ejemplo, los que no han sucedido todavía). Otra oposición a este argumento parte de que el testimonio humano nunca puede ser suficientemente digno de confianza para contradecir la evidencia de las leyes de la naturaleza. Este punto de vista se ha aplicado a la cuestión de la resurrección de Jesús, respecto a la que Hume no dudó en preguntar, «¿Qué es más probable – que un hombre ascienda de entre los muertos o que el testimonio esté, de alguna forma, errado?». Esta pregunta es similar a la navaja de Occam. Este argumento es la espina dorsal del movimiento escéptico y todavía constituye un problema para los historiadores de la religión.
EL ARGUMENTO DEL DISEÑADOR
Uno de los argumentos más antiguos y utilizados para demostrar la existencia de Dios es el argumento teleológico — que todo el orden y el propósito es un indicio de su origen divino. Hume hizo la crítica clásica a este argumento en Diálogos sobre religión y en Investigación sobre el entendimiento humano y, aunque el asunto está lejos de estar resuelto, muchos creen que Hume refutó el argumento con éxito. Su argumentación se sostiene en que:
1. Para que el argumento sea cierto, debe ser verdadero que el orden y el propósito se observen cuando resulten de un diseño. Pero se puede observar el orden con frecuencia en procesos carentes de planificación como la cristalización. El diseño sólo es causante de una minúscula parte de nuestra experiencia.
2. Además, el argumento del diseñador se basa en una analogía incompleta: dada nuestra experiencia con los objetos, podemos reconocer los diseñados por el hombre, comparando por ejemplo un montón de piedra con una pared. Pero para reconocer un universo diseñado necesitamos conocer una variedad de universos diferentes. Como sólo podemos conocer uno, la analogía no puede aplicarse.
3. Incluso si el argumento fuera perfectamente válido, no podría establecer un teísmo robusto; pues se puede llegar fácilmente a la conclusión de que la configuración del universo es el resultado de un agente o agentes no inteligentes cuyos métodos sólo tienen una remota similitud con el diseño humano.
4. Si un mundo natural ordenado necesita de un diseñador, entonces la mente de Dios (que es ordenada) también necesita un diseñador. Entonces, este diseñador necesita de otro diseñador, y así ad infinitum. Se podría responder apelando a una inexplicablemente mente divina auto-ordenada; pero entonces por qué no contentarse con un inexplicablemente auto-ordenado mundo?
5. A menudo, cuando se trata del propósito, cuando parece que el objeto X tiene la característica C para poder lograr la recompensa O, se puede explicar mejor mediante un filtrado: es decir, el objeto X no existiría si no tuviese la característica C, y la recompensa O sólo es una proyección de las metas humanas en la naturaleza. Esta explicación de la teleología anticipó la idea de selección natural.
CONSERVADURISMO Y TEORIA POLITICA
Muchos ven a David Hume como un conservador, y en ocasiones se le llama el primer filósofo conservador. Expresó su desconfianza por los intentos de reformar la sociedad para llevarla lejos de la costumbre establecida, y aconsejó a los pueblos que no se rebelasen contra sus gobernantes excepto en casos de tiranía flagrante. Sin embargo, se resistió a tomar parte por ninguno de los partidos políticos británicos, los Whigs y los Tories, y creía que se debe equilibrar el anhelo de libertad con la necesidad de una autoridad poderosa, sin sacrificar ninguna de las dos. Apoyó la libertad de prensa y se mostró simpatizante de la democracia, aunque con restricciones. Se ha dicho que fue una gran inspiración para James Madison, en particular para el libro Federalista Nº 10. También se mostró optimista respecto al progreso social, pues creía que gracias al desarrollo económico que resulta de la expansión del comercio las sociedades progresaban desde la barbarie a la civilización. Según él, las sociedades civilizadas son abiertas, pacíficas y sociables, y sus ciudadanos son, en consecuencia, mucho más felices.
Aunque fuertemente pragmático, Hume produjo un ensayo titulado Idea de la mancomunidad perfecta, donde detallaba qué reformas se deberían acometer, que incluían la separación de poderes, descentralización, extender el sufragio a todo el que tuviera propiedades de valor y limitar el poder de la iglesia. Propuso el sistema del ejército Suizo como la mejor forma de protección. Las elecciones deberían de tener lugar anualmente y los representantes del pueblo no deberían de cobrar emolumentos.
CONTRIBUCIONES AL PENSAMIENTO ECONOMICO
En el transcurso de sus argumentaciones políticas, Hume desarrolló muchas ideas que gozan de prevalencia en la economía, principalmente acerca de la propiedad intelectual, la inflación y el comercio exterior.
Para Hume, la concepción humana de la propiedad privada es que la propiedad privada no es un derecho natural, pero se justifica debido a la existencia de bienes limitados. Si todos los bienes fueran ilimitados y estuvieran disponibles, entonces la propiedad privada no tendría sentido. Hume creía en la distribución desigual de la propiedad, dado que la igualdad perfecta destruiría las ideas de industria y el ahorro, lo que llevaría al empobrecimiento.
Hume se cuenta entre los primeros que desarrollaron la teoría llamada mecanismo de flujo especie-dinero, una idea que contrasta con el mercantilismo. Expuesto de una forma simplificada, en un sistema de patrón oro, cuando un país tiene una balanza comercial positiva (es exportador neto), incrementa sus flujos entrantes de oro. Esto resulta en una inflación de su nivel general de precios, que en último término erosionará la ventaja competitiva del país y reducirá sus exportaciones. De este modo, el patrón oro permitiría restaurar automáticamente el equilibrio en la balanza de pagos de un país.
Hume también propuso una teoría de la inflación beneficiosa. Creía que incrementar el suministro de dinero avivaría la producción a corto plazo. Este fenómeno estaría ocasionado por un margen entre el incremento del suministro de dinero y los precios. El resultado es que los precios no se elevarían a corto plazo y puede que no lo hicieran nunca. Esta teoría se desarrolló más tarde por John Maynard Keynes.
RACISMO
Sospecho que los negros y en general todas las otras especies de hombres (de las que hay unas cuatro o cinco clases) son naturalmente inferiores a los blancos. Nunca hubo una nación civilizada que no tuviera la tez blanca, ni individuos eminentes en la acción o la especulación. No han creado ingeniosas manufacturas, ni artes, ni ciencias. Por otra parte, entre los blancos más rudos y bárbaros, como los antiguos alemanes o los tártaros de la actualidad, hay algunos eminentes, ya sea en su valor, forma de gobierno o alguna otra particularidad. Tal diferencia uniforme y constante no podría ocurrir en tantos países y edades si la naturaleza no hubiese hecho una distinción original entre estas clases de hombre, y esto por no mencionar nuestras colonias, donde hay esclavos negros dispersados por toda Europa, de los cuales no se ha descubierto ningún síntoma de ingenio; mientras que la gente pobre, sin educación, se establece entre nosotros y se distinguen en todas las profesiones. En Jamaica, sin embargo, se habla de un negro que toma parte en el aprendizaje, pero seguramente se le admira por logros exiguos, como un loro que ha aprendido a decir varias palabras.
Debe tenerse en cuenta que esta forma de racismo era habitual en la cultura europea de la época de Hume. Podría haber sido un 'hijo de su época' en ese aspecto, o incluso, por la forma especulativa en que esta nota está escrita, podría haber aplicado un ejemplo de una de sus propias reflexiones sobre la causalidad, tratada más arriba: una "conjunción constante" entre las personas de otras razas que conocía y los logros de las mismas.
OBRAS
• Historia amable de mi vida (1734) Biblioteca Nacional de Escocia
Una carta a un medico en la que se pide consejo acerca de la "Enfermedad de lo aprendido" que le aflige. En esta obra declara que a los dieciocho años de edad «pareció abrirse ante mí una nueva área del pensamiento..» que le hizo «abandonar otro placer u ocupación» y le condujo a la búsqueda de la erudición.
• Tratado sobre la naturaleza humana: Un intento de introducir el método de razonamiento experimental en las cuestiones morales. (1739–1740)
o Libro 1: "Del entendimiento" Tratado que comprende desde el origen de las ideas a su división.
o Libro 2: "De las pasiones" Tratado de las emociones.
o Libro 3: "De la moral" Ideas morales, justicia, obligaciones, benevolencia.
Hume esperó a ver si el Tratado alcanzaba el éxito, y de ser así lo completaría con libros dedicados a la política y a la crítica. Sin embargo, no lo logró, así que nunca lo completaría.
• Resumen de un libro recientemente publicado: Titulado Tratado sobre la naturaleza humana (1740)
En ocasiones atribuido a Adam Smith, en la actualidad se cree que fue un intento de Hume de popularizar su Tratado.
• Ensayos sobre moral y política (primera edición: 1741–1742)
Colección de ensayos escritos durante muchos años y publicados en varios volúmenes antes de ser reunidos en uno hacia el final de la vida de Hume. Estos ensayos pueden resultar confusos por la gran variedad de asuntos de los que tratan: cuestiones de juicio estético, la naturaleza del gobierno británico, el amor, el matrimonio, la poligamia o la demografía de las antiguas Grecia y Roma, por enumerar sólo unos pocos de los temas considerados. Sin embargo, hay temas recurrentes, como la cuestión de qué constituye el "refinamiento" en materias de gusto estético, educación y moral. Los ensayos están escritos imitando inequívocamente el estilo de Joseph Addison, a quién Hume leyó con avidez en su juventud.
• Cartas de un caballero a su amigo de Edimburgo: Edimburgo (1745).
• Investigación sobre el entendimiento humano (1748)
Contiene revisiones de los puntos principales del Tratado, Libro 1, con la adición de material sobre el libre albedrío, milagros, y el argumento del diseñador.
• Investigación sobre los principios de la moral (1751)
Otra revisión de temas tratados en el Tratado con un enfoque más didáctico. Hume lo consideró el mejor de sus trabajos filosóficos, tanto por sus ideas filosóficas como por su estilo literario
• Discursos políticos Edimburgo (1752).
Incluido en Ensayos y Tratados de muchos asuntos (1753–1756) reimpreso en 1758–1777.
• Cuatro disertaciones: Historia natural de la religión. De las pasiones. De la tragedia. Del criterio del gusto Londres (1757).
Incluido en Ensayos y Tratados de muchos asuntos
• Historia de Inglaterra (1754–1762)
Se puede considerar como una colección de libros en lugar de como un único trabajo. Es un trabajo monumental que comprende «desde la invasión de Julio César a la revolución de 1688». Esta obra le aportó a Hume casi toda la fama que se granjearía en vida, editándose más de un centenar de veces. Muchos la consideran "la" historia de Inglaterra hasta la publicación de la Historia de Inglaterra de Thomas Macaulay.
• Historia natural de la religión (1757)
• Mi vida (1776)
Escrita en abril, poco antes de morir, esta autobiografía fue realizada con la intención de incluirla en una nueva edición de Ensayos y tratados de muchos asuntos.
• Diálogos sobre la religión natural (1779)
Publicada póstumamente por su sobrino, también llamado David Hume. Es una discusión entre tres personajes de ficción que esgrimen argumentos para probar la existencia de Dios, tratando con detenimiento el argumento del diseño. A pesar de una cierta controversia, la mayor parte de los estudiosos de Hume están de acuerdo en que la postura de Philo, el más escéptico de los tres, es la más cercana a la del propio Hume.
Tras la publicación de Ensayos de moral y política en 1744 solicitó una cátedra de ética y pneumática (psicología) en la Universidad de Edimburgo, pero fue rechazado. Durante la Rebelión Jacobita de 1745 fue tutor del Marqués de Annandale. Fue entonces cuando comenzó su gran trabajo histórico Historia de Inglaterra (1654-62), obra que alcanzaría un éxito considerable, a diferencia de lo que ocurrió con el Tratado.
Hume fue acusado de herejía, pero sus amigos le defendieron alegando que al ser ateo estaba fuera de la jurisdicción de la Iglesia de Escocia. A pesar de resultar absuelto y posiblemente debido a la oposición de Thomas Reid de Aberdeen, que durante ese año criticó su metafísica desde el cristianismo, le fue denegada la cátedra de filosofía en la Universidad de Glasgow. En 1752, como relata en De mi propia vida, «La facultad de derecho me eligió como bibliotecario, un empleo por el que recibía escasos o nulos emolumentos, pero que puso bajo mi mando una gran biblioteca». Esta biblioteca le proporcionó las fuentes que le permitieron continuar con las investigaciones históricas necesarias para la escritura de su Historia de Inglaterra (1754-62).
RECONOCIMIENTO DE SUS OBRAS
Hume se granjeó notoriedad como ensayista e historiador. Los seis volúmenes de su Historia de Inglaterra abarcan desde los reinos sajones hasta la Revolución Gloriosa de 1688; se vendió mucho en su época. En ella, Hume presentaba al hombre como una criatura de costumbres, predispuesto a someterse en silencio al gobierno establecido a menos que se enfrente a la incertidumbre. Según él, sólo las diferencias religiosas podían desviar al hombre de sus vidas cotidianas para hacerle pensar en política.
El ensayo de Hume De la superstición y la religión estableció las bases del pensamiento laico. Los críticos con la religión de la época de Hume tenían que expresarse con cautela. Apenas 15 años antes del nacimiento de Hume, un estudiante de dieciocho años, Thomas Aikenhead fue juzgado por decir públicamente que el cristianismo era un sinsentido, blasfemia por la que sería ahorcado. Hume siguió la práctica habitual de expresar sus puntos de vista indirectamente, a través de personajes que dialogaban en su obra. Además, no reclamó la autoría del Tratado hasta el año de su muerte, en 1776. Sus ensayos Del suicidio, y De la inmortalidad del alma y sus Diálogos sobre la religión no se publicarían hasta después de su muerte, y aun así Hume no figuraba en ellos en los nombres del autor ni del editor. Hume fue tan hábil camuflando sus ideas que a día de hoy todavía se discute si en realidad era deísta o ateo. A pesar de ello, se le denegaron muchos cargos por declararse ateo.
Hay un relato (probablemente falso) sobre David Hume y su supuesto ateísmo. En él, Hume cae de su caballo en un barrizal y se empieza a hundir. Entonces pasa por allí una anciana y pía dama. Cuando ve al célebre ateo agitando sus brazos en un intento de salvar su vida se acerca al borde y le mira. Hume le suplica a la dama que le acerque una rama para poder escapar, pero ella responde que se niega a menos que proclame su devoción a Dios Todopoderoso. Hume finalmente hace lo que le pide y la dama le ayuda a salir.
De 1763 a 1765 Hume ejerció como secretario de Lord Hertford en París, donde se ganó la admiración de Voltaire y fue agasajado por las damas de la alta sociedad. Allí trabó una amistad con Rousseau que más tarde se estropearía. Escribió sobre su estancia en París «A menudo añoré la tosquedad de The Poker Club de Edimburgo... para corregir y rectificar tanta exquisitez». En 1768 se estableció en Edimburgo. En 1770, el filósofo alemán Immanuel Kant avivó el interés por los trabajos filosóficos de Hume al declarar que le habían despertado de «sueños dogmáticos» (circa) y desde entonces gozó del reconocimiento que había perseguido durante toda su vida.
James Boswell visitó a Hume pocas semanas antes de su muerte. Hume le dijo que sinceramente veía la vida después de la muerte como «el capricho más irracional». Hume escribió su propio epitafio: «Nacido en 1711, Muerto en 1776. Dejando a la posteridad que añada el resto» que está grabado conjuntamente con el año de su fallecimiento en la «sencilla tumba romana» que dejó escrito que prefería y que está situada, como deseaba, en la ladera este de Calton Hill, desde la que se ve su casa, en el número 1 de St David Street del New Town de Edimburgo.
LEGADO
Aunque Hume escribió sus obras en el siglo XVIII, su trabajo sigue siendo relevante en las disputas filosóficas de la actualidad, lo que contrasta con las aportaciones de muchos de sus contemporáneos. A continuación se ofrece un sumario de sus trabajos filosóficos más influyentes:
IDEAS E IMPRECIONES
Hume cree que todo el conocimiento humano proviene de los sentidos. Nuestras percepciones, como él las llamaba, pueden dividirse en dos categorías: ideas e impresiones. Así define estos términos en Investigación sobre el entendimiento humano: «Con el término impresión me refiero a nuestras más vívidas impresiones, cuando oímos, o vemos, o sentimos, o amamos, u odiamos, o deseamos. Y las impresiones se distinguen de las ideas, que son impresiones menos vívidas de las que somos conscientes cuando reflexionamos sobre alguna de las sensaciones anteriormente mencionadas». Más adelante precisa el concepto de las ideas, al decir «Una proposición que no parece admitir muchas disputas es que todas nuestras ideas no son nada excepto copias de nuestras impresiones, o, en otras palabras, que nos resulta imposible pensar en nada que no hayamos sentido con anterioridad, mediante nuestros sentidos externos o internos». Esto constituye un aspecto importante del escepticismo de Hume, en cuanto equivale a decir que no podemos tener la certeza de que una cosa, como Dios, el alma o el yo, exista a menos que podamos señalar la impresión de la cual, esa idea, se deriva.
EL PROBLEMA DE LA CAUSALIDAD
Cuando un acontecimiento sucede tras otro, la mayoría de la gente piensa que una conexión entre ambos acontecimientos hace que el segundo suceda al primero (post hoc ergo propter hoc). Hume desafió a esta creencia en su primer libro Tratado de la naturaleza humana y más tarde en su Investigación sobre el entendimiento humano. Se dio cuenta de que aunque percibimos que un elemento suceda al otro, no percibimos ninguna condición necesaria y suficiente entre los dos. Y, de acuerdo con su epistemología escéptica, sólo podemos confiar en el conocimiento que adquirimos a través de nuestras percepciones. Hume declaró que nuestra idea de causalidad consiste en poco más que la esperanza de que ciertos acontecimientos se den tras otros que los preceden.«No tenemos otra noción de causa y efecto, excepto que ciertos objetos siempre han coincidido, y que en sus apariciones pasadas se han mostrado inseparables. No podemos penetrar en la razón de la conjunción. Sólo observamos la cosa en sí misma, y siempre se da que la constante conjunción de los objetos adquiere la unión en la imaginación» (Hume, 1740: 93). En realidad no podemos decir que un acontecimiento causó al otro. Todo lo que sabemos es con seguridad que un acontecimiento está correlacionado con el otro. Para describir esto, acuñó el término conjunción constante, que consiste en que cuando vemos cómo un acontecimiento siempre causa otro lo que en realidad estamos viendo es que un acontecimiento ha estado siempre en conjunción constante con el otro (costumbre). En consecuencia, no tenemos ninguna razón para creer que el primero causó al segundo, o que continuarán apareciendo siempre en conjunción constante en el futuro (Popkin y Stroll, 1993: 268). La razón por la que presentamos este comportamiento no es que la causa-efecto sea el comportamiento de la naturaleza, sino los hábitos de la psicología humana (Popkin y Stroll, 1993: 272).
Esta concepción le quita toda la fuerza a la causación, y otros humeanos posteriores, como Bertrand Russell, han desechado la misma noción de causación aduciendo que es un tipo de superstición. Pero esto desafía al sentido común, creando el problema de la causación —¿Qué justifica nuestra confianza en la existencia de una conexión causal y de qué clase de conexión podemos saber?— un problema para el que no se ha encontrado solución. Hume sostuvo que tanto nosotros como otros animales tenemos una tendencia instintiva a creer en la causación debido al desarrollo de hábitos de nuestro sistema nervioso, una creencia que no podemos eliminar, pero que no podemos probar mediante ningún argumento, deductivo o inductivo.
EL PROBLEMA DE LA INDUCCION
En Investigación sobre el entendimiento humano (EHU), §4.1.20-27, §4.2.28-33.,[2] Hume articuló su tesis de que todo el razonamiento humano pertenece a dos clases, Relaciones de ideas y Hechos. Mientras que las primeras involucran conceptos abstractos como las matemáticas y están gobernadas por las certezas deductivas, los segundos comportan la experiencia empírica donde todos los razonamientos son inductivos. Dado que de acuerdo con Hume no podemos conocer nada de la naturaleza con anterioridad a la experimentación, incluso un hombre racional sin experiencia «no podría haber inferido de la transparencia y la fluidez del agua que sofocaría su sed, o a partir de la luz y el calor del fuego que le consumiría»(EHU, 4.1.6) Así que todo lo que podemos decir, pensar o predecir de la naturaleza debe venir de la experiencia previa, lo que lleva a la necesidad de la inducción.
La inferencia inductiva presupone que se puede confiar en los actos pasados como regla a partir de la que se puede predecir el futuro. Por ejemplo, si en el pasado ha llovido el 60% del tiempo cuando se dan unas condiciones atmosféricas determinadas, entonces en el futuro probablemente lloverá un 60% del tiempo si se dan las mismas condiciones. Pero aún queda el problema de cómo justificar tal inferencia, conocida como el principio de inducción. Hume sugirió dos posibles justificaciones, que sin embargo rechazó:
1. La primera justificación descansa en la suposición, tomada como una necesidad lógica, de que el futuro debe parecerse al pasado. Pero Hume puntualiza que podemos concebir un mundo caótico y errante en el que el futuro no tiene nada que ver con el pasado — o un mundo como el nuestro hasta el presente, que llegado a un punto cambia totalmente. Así que nada hace que el principio de inducción sea una necesidad lógica.
2. La segunda justificación, más modesta, apela a los éxitos anteriores de la inducción — en el pasado ha funcionado en la mayoría de las ocasiones, así que probablemente seguirá haciéndolo en el futuro. Pero, como Hume comenta, esta justificación hace uso del razonamiento circular en un intento de justificar la inducción mediante la reiteración, lo que nos devuelve al punto de partida.
El notable filósofo del siglo XX Bertrand Russell, confirmó y elaboró el análisis de Hume del problema en su trabajo Los problemas de la filosofía, capítulo 6.[3]
A pesar de la crítica de Hume a la inducción, sostuvo que era superior a la deducción en el reino del pensamiento empírico. Tal y como declara: «esta operación de la mente, por la que podemos inferir los efectos de las causas y viceversa, es esencial para la subsistencia de todas las criaturas humanas, es probable que pueda confiarse más en ella que en las falacias de la deducción de nuestra razón, que es lenta en sus operaciones; no aparece en los primeros años de la infancia; y como mucho es, en cualquier edad y periodo de la vida humana, extremadamente proclive al error».(EHU, 5.2.22).
RAZON PRACTICA: INSTRUMENTALISMO Y NIHILISMO
La mayoría de las personas consideran algunas conductas más razonables que otras. Por ejemplo, comer papel de aluminio parece irracional. Pero Hume negó que la razón tuviera un papel importante cara a motivar o desalentar la conducta. Según él, la razón no es más que una calculadora de conceptos y experiencia. Lo que en definitiva importa es como nos sentimos respecto a la conducta. Su trabajo se asocia con la doctrina del instrumentalismo, que dice que una acción es razonable si y sólo sí sirve para alcanzar las propios deseos, sean los que sean. La razón puede participar solamente informando acerca de las acciones que serán más útiles para alcanzar las metas y deseos, pero nunca dirá qué metas y deseos se deben de tener. Así que si alguien quiere ingerir papel de aluminio la razón dirá dónde encontrarlo, y no hay nada irracional en el hecho de comerlo o en querer hacerlo (a menos que se tenga un deseo más fuerte de conservar la salud). Hoy en día, sin embargo, se aduce que Hume fue un paso más allá adentrándose en el nihilismo, pues dijo que no había nada irracional en frustrar los propios deseos y metas. Tal conducta sería anormal, pero no sería contraria a la razón.
ETICA
Hume trató la ética por primera vez en el segundo y tercer libro del Tratado de la naturaleza humana (1739). Muchos años después, extrajo y extrapoló las ideas allí propuestas en un ensayo más corto titulado Investigación sobre los principios de la moral (1751). La aproximación de Hume a los problemas morales es fundamentalmente empírica. En lugar de decir cómo debería de operar la moral, expone cómo realizamos los juicios morales. Tras proporcionar varios ejemplos llega a la conclusión de que la mayoría (si no todas) de las conductas que aprobamos tienen en común que buscan incrementar la utilidad y el bienestar público. Al contrario que el también empirista Thomas Hobbes, Hume declara que no sólo realizamos juicios morales teniendo en cuenta nuestro propio interés, sino también el de nuestros conciudadanos. Hume defiende esta teoría de la moral al asegurar que nunca podemos realizar juicios morales basándonos únicamente en la razón. Nuestra razón trata con hechos y extrae conclusiones a partir de ellos, pero no nos puede llevar a elegir una opción sobre otra; sólo los sentimientos pueden hacerlo. Este argumento contra la moral fundamentada en la razón forma parte hoy en día de los argumentos antirrealistas.
Por tanto, Hume niega la existencia de una "razón práctica" y la posibilidad de una fundamentación racional de la ética. El objeto de la moral (pasiones, voliciones y acciones) no es susceptible de ese acuerdo o desacuerdo entre las ideas sobre las que se basan lo verdadero y lo falso. Si la razón no puede ser la fuente del juicio de valor, habrá que buscarlo en el sentimiento, que surge espontáneo en nosotros ante acciones susceptibles de lo que consideramos valoración moral. El análisis de este sentimiento revela que es una forma de placer o de "gusto". Ello le lleva a excluir de la moral todo rastro de austero moralismo o de mortificación del alma o del cuerpo, porque el fin de la moral es la felicidad y el gozo de vivir del mayor número de hombres posible.
Igualmente duro se muestra Hume ante el problema religioso. Menoscaba la pretensión de las pruebas de la existencia de Dios, y niega su existencia apelando al problema del mal en el mundo. La religión tiene su origen en el sentimiento de miedo de la gente y en la ignorancia de las causas de los eventos terribles de la naturaleza. En su libro Historia natural de la religión, defiende una evolución a partir del politeísmo, hasta llegar a la idea abstracta de la divinidad propia de las religiones monoteístas.
DETERMINISMO Y LIBRE ALBEDRIO
Muchos han advertido el conflicto aparente entre el libre albedrío y el determinismo – si las acciones que se realizan estaban predeterminadas desde hace miles de millones de años, entonces ¿Cómo es que podemos decidir? Pero Hume advirtió otro conflicto, al ver el problema desde la perspectiva contraria: el libre albedrío es incompatible con el indeterminismo. Si las acciones realizadas no están determinadas por acontecimientos anteriores entonces las acciones son completamente aleatorias. Además, y de más importancia para la filosofía humana, no están determinadas por el carácter o la personalidad – los deseos, las preferencias, los valores, etc. Pero, ¿Cómo podría ser alguien responsable de una acción que no es consecuencia de su carácter, sino que ocurre de forma aleatoria? El libre albedrío parece necesitar del determinismo, porque de lo contrario el agente y la acción no estarían conectados. Así que, mientras que el libre albedrío parece contradecir al determinismo, al mismo tiempo necesita del determinismo. La concepción de Hume de la conducta humana tiene causas, y por lo tanto al hacer a las personas responsables por sus acciones se debería intentar recompensarlas o castigarlas de tal forma que intentaran hacer lo que es moralmente deseable e intentaran evitar hacer lo que es moralmente indeseable.
EL PROBLEMA DEL SER Y DEL DEBER SER
Hume se percató de que muchos escritores hablaban sobre lo que debería ser partiendo de la base de lo que es; pero hay una gran diferencia entre las proposiciones descriptivas (lo que es) y las prescriptivas (lo que debe ser) (ver libro III, parte I, sección I del Tratado de la naturaleza humana). Hume pide a los escritores que se pongan en guardia ante estos cambios sin aportar explicaciones acerca de como se supone que las proposiciones prescriptivas deben de seguirse de las declarativas. La cuestión de ¿con qué exactitud se puede derivar el 'deber' del 'ser'? ha llegado a ser una de las cuestiones centrales de la teoría ética, y a Hume se le adjudica normalmente la opinión de que tal derivación es imposible (otros interpretan que Hume no dijo que una aserción fáctica no puede devenir en una aserción ética, sino que no podía hacerse sin prestar atención a los sentimientos humanos). Hume es probablemente uno de los primeros escritores que realizó una distinción entre lo normativo (lo que debería ser) y lo positivo (lo que es). G. E. Moore defendió una posición similar con su argumento de la pregunta abierta, en un intento de refutar cualquier identificación entre las propiedades morales y las naturales—la llamada falacia naturalista.
UTILITARISMO
Hume, junto con los demás miembros de la ilustración escocesa, fue probablemente el primero en proponer que la razón de los principios morales puede buscarse en la utilidad que tratan de promover. El papel de Hume, sin embargo, no debe sobreestimarse; fue Francis Hutcheson el que acuñó el lema del utilitarismo: «la mayor felicidad para el mayor número». Pero fue tras leer el Tratado de Hume cuando Jeremy Bentham sintió por primera vez la fuerza del sistema utilitario. Sin embargo, el proto-utilitarmismo de Hume es peculiar. No cree que la adición de unidades de utilidad proporcione la forma de llegar a la verdad moral. Al contrario, Hume era un sentimentalista moral y, como tal, pensaba que los principios morales no podían justificarse intelectualmente. Algunos principios simplemente nos parecen mejores que otros; y la razón de por qué los principios utilitarios nos parecen mejores es porque favorecen nuestros intereses y los de nuestros coetáneos, con los que simpatizamos. Los seres humanos están fuertemente predispuestos a aprobar normas que promuevan la utilidad pública de la sociedad. Hume usó esta idea para explicar cómo evaluamos un amplio abanico de fenómenos, desde las instituciones sociales y políticas gubernamentales a los rasgos de la personalidad.
EL PROBLEMA DE LOS MILAGROS
Para Hume, el único apoyo de la religión más allá del estricto fideísmo son los milagros, pero añadió que no eran gran cosa. Dio muchos argumentos, todos a partir de su concepción de milagro: una violación de las leyes de la naturaleza. Su definición exacta de milagro se puede encontrar en su Investigación sobre el entendimiento humano, donde dice que los milagros son violaciones de las leyes naturales y por tanto son muy improbables. Se ha criticado esta idea mediante el contraargumento de que tal dictado asume el carácter de los milagros y las leyes de la naturaleza antes de examinar los milagros, lo que es una sutil forma de dar por sentada la conclusión. También puntualizaron que este razonamiento apela a la inferencia inductiva, problemática en la filosofía humana, pues nadie ha observado todos los acontecimientos de la naturaleza ni examinado todos los posibles milagros (por ejemplo, los que no han sucedido todavía). Otra oposición a este argumento parte de que el testimonio humano nunca puede ser suficientemente digno de confianza para contradecir la evidencia de las leyes de la naturaleza. Este punto de vista se ha aplicado a la cuestión de la resurrección de Jesús, respecto a la que Hume no dudó en preguntar, «¿Qué es más probable – que un hombre ascienda de entre los muertos o que el testimonio esté, de alguna forma, errado?». Esta pregunta es similar a la navaja de Occam. Este argumento es la espina dorsal del movimiento escéptico y todavía constituye un problema para los historiadores de la religión.
EL ARGUMENTO DEL DISEÑADOR
Uno de los argumentos más antiguos y utilizados para demostrar la existencia de Dios es el argumento teleológico — que todo el orden y el propósito es un indicio de su origen divino. Hume hizo la crítica clásica a este argumento en Diálogos sobre religión y en Investigación sobre el entendimiento humano y, aunque el asunto está lejos de estar resuelto, muchos creen que Hume refutó el argumento con éxito. Su argumentación se sostiene en que:
1. Para que el argumento sea cierto, debe ser verdadero que el orden y el propósito se observen cuando resulten de un diseño. Pero se puede observar el orden con frecuencia en procesos carentes de planificación como la cristalización. El diseño sólo es causante de una minúscula parte de nuestra experiencia.
2. Además, el argumento del diseñador se basa en una analogía incompleta: dada nuestra experiencia con los objetos, podemos reconocer los diseñados por el hombre, comparando por ejemplo un montón de piedra con una pared. Pero para reconocer un universo diseñado necesitamos conocer una variedad de universos diferentes. Como sólo podemos conocer uno, la analogía no puede aplicarse.
3. Incluso si el argumento fuera perfectamente válido, no podría establecer un teísmo robusto; pues se puede llegar fácilmente a la conclusión de que la configuración del universo es el resultado de un agente o agentes no inteligentes cuyos métodos sólo tienen una remota similitud con el diseño humano.
4. Si un mundo natural ordenado necesita de un diseñador, entonces la mente de Dios (que es ordenada) también necesita un diseñador. Entonces, este diseñador necesita de otro diseñador, y así ad infinitum. Se podría responder apelando a una inexplicablemente mente divina auto-ordenada; pero entonces por qué no contentarse con un inexplicablemente auto-ordenado mundo?
5. A menudo, cuando se trata del propósito, cuando parece que el objeto X tiene la característica C para poder lograr la recompensa O, se puede explicar mejor mediante un filtrado: es decir, el objeto X no existiría si no tuviese la característica C, y la recompensa O sólo es una proyección de las metas humanas en la naturaleza. Esta explicación de la teleología anticipó la idea de selección natural.
CONSERVADURISMO Y TEORIA POLITICA
Muchos ven a David Hume como un conservador, y en ocasiones se le llama el primer filósofo conservador. Expresó su desconfianza por los intentos de reformar la sociedad para llevarla lejos de la costumbre establecida, y aconsejó a los pueblos que no se rebelasen contra sus gobernantes excepto en casos de tiranía flagrante. Sin embargo, se resistió a tomar parte por ninguno de los partidos políticos británicos, los Whigs y los Tories, y creía que se debe equilibrar el anhelo de libertad con la necesidad de una autoridad poderosa, sin sacrificar ninguna de las dos. Apoyó la libertad de prensa y se mostró simpatizante de la democracia, aunque con restricciones. Se ha dicho que fue una gran inspiración para James Madison, en particular para el libro Federalista Nº 10. También se mostró optimista respecto al progreso social, pues creía que gracias al desarrollo económico que resulta de la expansión del comercio las sociedades progresaban desde la barbarie a la civilización. Según él, las sociedades civilizadas son abiertas, pacíficas y sociables, y sus ciudadanos son, en consecuencia, mucho más felices.
Aunque fuertemente pragmático, Hume produjo un ensayo titulado Idea de la mancomunidad perfecta, donde detallaba qué reformas se deberían acometer, que incluían la separación de poderes, descentralización, extender el sufragio a todo el que tuviera propiedades de valor y limitar el poder de la iglesia. Propuso el sistema del ejército Suizo como la mejor forma de protección. Las elecciones deberían de tener lugar anualmente y los representantes del pueblo no deberían de cobrar emolumentos.
CONTRIBUCIONES AL PENSAMIENTO ECONOMICO
En el transcurso de sus argumentaciones políticas, Hume desarrolló muchas ideas que gozan de prevalencia en la economía, principalmente acerca de la propiedad intelectual, la inflación y el comercio exterior.
Para Hume, la concepción humana de la propiedad privada es que la propiedad privada no es un derecho natural, pero se justifica debido a la existencia de bienes limitados. Si todos los bienes fueran ilimitados y estuvieran disponibles, entonces la propiedad privada no tendría sentido. Hume creía en la distribución desigual de la propiedad, dado que la igualdad perfecta destruiría las ideas de industria y el ahorro, lo que llevaría al empobrecimiento.
Hume se cuenta entre los primeros que desarrollaron la teoría llamada mecanismo de flujo especie-dinero, una idea que contrasta con el mercantilismo. Expuesto de una forma simplificada, en un sistema de patrón oro, cuando un país tiene una balanza comercial positiva (es exportador neto), incrementa sus flujos entrantes de oro. Esto resulta en una inflación de su nivel general de precios, que en último término erosionará la ventaja competitiva del país y reducirá sus exportaciones. De este modo, el patrón oro permitiría restaurar automáticamente el equilibrio en la balanza de pagos de un país.
Hume también propuso una teoría de la inflación beneficiosa. Creía que incrementar el suministro de dinero avivaría la producción a corto plazo. Este fenómeno estaría ocasionado por un margen entre el incremento del suministro de dinero y los precios. El resultado es que los precios no se elevarían a corto plazo y puede que no lo hicieran nunca. Esta teoría se desarrolló más tarde por John Maynard Keynes.
RACISMO
Sospecho que los negros y en general todas las otras especies de hombres (de las que hay unas cuatro o cinco clases) son naturalmente inferiores a los blancos. Nunca hubo una nación civilizada que no tuviera la tez blanca, ni individuos eminentes en la acción o la especulación. No han creado ingeniosas manufacturas, ni artes, ni ciencias. Por otra parte, entre los blancos más rudos y bárbaros, como los antiguos alemanes o los tártaros de la actualidad, hay algunos eminentes, ya sea en su valor, forma de gobierno o alguna otra particularidad. Tal diferencia uniforme y constante no podría ocurrir en tantos países y edades si la naturaleza no hubiese hecho una distinción original entre estas clases de hombre, y esto por no mencionar nuestras colonias, donde hay esclavos negros dispersados por toda Europa, de los cuales no se ha descubierto ningún síntoma de ingenio; mientras que la gente pobre, sin educación, se establece entre nosotros y se distinguen en todas las profesiones. En Jamaica, sin embargo, se habla de un negro que toma parte en el aprendizaje, pero seguramente se le admira por logros exiguos, como un loro que ha aprendido a decir varias palabras.
Debe tenerse en cuenta que esta forma de racismo era habitual en la cultura europea de la época de Hume. Podría haber sido un 'hijo de su época' en ese aspecto, o incluso, por la forma especulativa en que esta nota está escrita, podría haber aplicado un ejemplo de una de sus propias reflexiones sobre la causalidad, tratada más arriba: una "conjunción constante" entre las personas de otras razas que conocía y los logros de las mismas.
OBRAS
• Historia amable de mi vida (1734) Biblioteca Nacional de Escocia
Una carta a un medico en la que se pide consejo acerca de la "Enfermedad de lo aprendido" que le aflige. En esta obra declara que a los dieciocho años de edad «pareció abrirse ante mí una nueva área del pensamiento..» que le hizo «abandonar otro placer u ocupación» y le condujo a la búsqueda de la erudición.
• Tratado sobre la naturaleza humana: Un intento de introducir el método de razonamiento experimental en las cuestiones morales. (1739–1740)
o Libro 1: "Del entendimiento" Tratado que comprende desde el origen de las ideas a su división.
o Libro 2: "De las pasiones" Tratado de las emociones.
o Libro 3: "De la moral" Ideas morales, justicia, obligaciones, benevolencia.
Hume esperó a ver si el Tratado alcanzaba el éxito, y de ser así lo completaría con libros dedicados a la política y a la crítica. Sin embargo, no lo logró, así que nunca lo completaría.
• Resumen de un libro recientemente publicado: Titulado Tratado sobre la naturaleza humana (1740)
En ocasiones atribuido a Adam Smith, en la actualidad se cree que fue un intento de Hume de popularizar su Tratado.
• Ensayos sobre moral y política (primera edición: 1741–1742)
Colección de ensayos escritos durante muchos años y publicados en varios volúmenes antes de ser reunidos en uno hacia el final de la vida de Hume. Estos ensayos pueden resultar confusos por la gran variedad de asuntos de los que tratan: cuestiones de juicio estético, la naturaleza del gobierno británico, el amor, el matrimonio, la poligamia o la demografía de las antiguas Grecia y Roma, por enumerar sólo unos pocos de los temas considerados. Sin embargo, hay temas recurrentes, como la cuestión de qué constituye el "refinamiento" en materias de gusto estético, educación y moral. Los ensayos están escritos imitando inequívocamente el estilo de Joseph Addison, a quién Hume leyó con avidez en su juventud.
• Cartas de un caballero a su amigo de Edimburgo: Edimburgo (1745).
• Investigación sobre el entendimiento humano (1748)
Contiene revisiones de los puntos principales del Tratado, Libro 1, con la adición de material sobre el libre albedrío, milagros, y el argumento del diseñador.
• Investigación sobre los principios de la moral (1751)
Otra revisión de temas tratados en el Tratado con un enfoque más didáctico. Hume lo consideró el mejor de sus trabajos filosóficos, tanto por sus ideas filosóficas como por su estilo literario
• Discursos políticos Edimburgo (1752).
Incluido en Ensayos y Tratados de muchos asuntos (1753–1756) reimpreso en 1758–1777.
• Cuatro disertaciones: Historia natural de la religión. De las pasiones. De la tragedia. Del criterio del gusto Londres (1757).
Incluido en Ensayos y Tratados de muchos asuntos
• Historia de Inglaterra (1754–1762)
Se puede considerar como una colección de libros en lugar de como un único trabajo. Es un trabajo monumental que comprende «desde la invasión de Julio César a la revolución de 1688». Esta obra le aportó a Hume casi toda la fama que se granjearía en vida, editándose más de un centenar de veces. Muchos la consideran "la" historia de Inglaterra hasta la publicación de la Historia de Inglaterra de Thomas Macaulay.
• Historia natural de la religión (1757)
• Mi vida (1776)
Escrita en abril, poco antes de morir, esta autobiografía fue realizada con la intención de incluirla en una nueva edición de Ensayos y tratados de muchos asuntos.
• Diálogos sobre la religión natural (1779)
Publicada póstumamente por su sobrino, también llamado David Hume. Es una discusión entre tres personajes de ficción que esgrimen argumentos para probar la existencia de Dios, tratando con detenimiento el argumento del diseño. A pesar de una cierta controversia, la mayor parte de los estudiosos de Hume están de acuerdo en que la postura de Philo, el más escéptico de los tres, es la más cercana a la del propio Hume.
TOMAS DE AQUINO
No ha podido fijarse con exactitud la fecha de nacimiento de Tomás de Aquino, sin embargo es probable que su nacimiento sucediera en 1224 ó 1225. Igual problema presenta el lugar donde vio la luz, ya que distintos lugares se arrogan dicho privilegio. Sin embargo, el lugar más aceptado es Roccasecca, un castillo situado en la cumbre de una montaña, cerca de Aquino, Italia. Su familia pertenecía a la nobleza napolitana. Hijo del Conde Landolfo de Aquino, estudió en la Abadía de Montecasino y después en la Universidad de Nápoles. En el año 1244 tomó el hábito de la Orden de Predicadores y conoció a Alberto Magno, con quien estudiaría en Colonia. Se ha dicho que muy pocos filósofos o teólogos han logrado escribir como él tanta cantidad de trabajos, de tan alta calidad, en el plazo que lo hizo Aquino, un poco menos de tres décadas.
Posteriormente se doctoró, y en 1252 ejerció como maestro de Teología en la Universidad de París, y en otras ciudades europeas como Orvieto,Roma, Viterbo, Bolonia y Nápoles. Murió el 7 de marzo de 1274, cerca de Terracina, camino del segundo concilio de Lyon. Posteriormente, el 28 de enero de 1369, los restos mortales del gran filósofo y teólogo fueron trasladados a Tolosa de Languedoc, motivo por el cual la Iglesia católicacelebra su memoria en esta fecha.
Después de su muerte, algunas tesis de Tomás de Aquino fueron condenadas por el obispo de París, Étienne Tempier, quien en 1277 lanzó una gran condena de 219 tesis respecto a la Universidad de París. A pesar de esto (era una condena importante, pero local), Tomás de Aquino fue canonizado el 18 de enero de 1323. Las condenas de 1277 fueron levantadas en lo que respecta a Tomás de Aquino el 14 de febrero de 1325.
OBRAS
La obra escrita de Tomás de Aquino es inmensa. Sus obras más extensas, y generalmente consideradas más importantes y sistemáticas, son sus Sumas: la Summa Theologiae, la Summa contra Gentiles y suScriptum super Sententias. Aunque el interés y la temática principal siempre es teológico, cuenta también con varios comentarios a obras filosóficas, con obras filosóficas, polémicas o liturgias. A lo largo de la historia se le han atribuido obras espurias, que con el paso del tiempo han dejado de ser consideradas de su autoría.
Posteriormente se doctoró, y en 1252 ejerció como maestro de Teología en la Universidad de París, y en otras ciudades europeas como Orvieto,Roma, Viterbo, Bolonia y Nápoles. Murió el 7 de marzo de 1274, cerca de Terracina, camino del segundo concilio de Lyon. Posteriormente, el 28 de enero de 1369, los restos mortales del gran filósofo y teólogo fueron trasladados a Tolosa de Languedoc, motivo por el cual la Iglesia católicacelebra su memoria en esta fecha.
Después de su muerte, algunas tesis de Tomás de Aquino fueron condenadas por el obispo de París, Étienne Tempier, quien en 1277 lanzó una gran condena de 219 tesis respecto a la Universidad de París. A pesar de esto (era una condena importante, pero local), Tomás de Aquino fue canonizado el 18 de enero de 1323. Las condenas de 1277 fueron levantadas en lo que respecta a Tomás de Aquino el 14 de febrero de 1325.
OBRAS
La obra escrita de Tomás de Aquino es inmensa. Sus obras más extensas, y generalmente consideradas más importantes y sistemáticas, son sus Sumas: la Summa Theologiae, la Summa contra Gentiles y suScriptum super Sententias. Aunque el interés y la temática principal siempre es teológico, cuenta también con varios comentarios a obras filosóficas, con obras filosóficas, polémicas o liturgias. A lo largo de la historia se le han atribuido obras espurias, que con el paso del tiempo han dejado de ser consideradas de su autoría.
HEIDEGGER
(Messkirch, Alemania, 26 de septiembre de1889 – Friburgo de Brisgovia, 26 de mayo de 1976) fue un filósofo alemán.
Estudió teología católica, ciencias naturales y filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, donde fue discípulo deHeinrich Rickert, uno de los máximos exponentes del neokantismo de la Escuela de Baden y luego asistente deEdmund Husserl, el fundador de lafenomenología. Comenzó su actividad docente en Friburgo en 1915, para luego enseñar durante un período (1923–1928) en Marburgo. Retornó a Friburgo en ese último año, ya como profesor de filosofía.
Es una de la figuras protagónicas de la filosofía contemporánea: influyó en toda la filosofía del existencialismo del siglo XX, fue uno de los primeros pensadores en apuntar hacia la «destrucción de la metafísica» (movimiento que sigue siendo repetido), en «quebrar las estructuras del pensamiento erigidas por la Metafísica (que domina al hombre occidental)», que planteó que «el problema de la filosofía no es la verdad sino el lenguaje», con lo que hizo un aporte decisivo al denominado giro lingüístico, problema que ha revolucionado la filosofía. Mantuvo vigencia en muchos pensadores europeos —y con el paso del tiempo en los no europeos—, a partir de la publicación de Ser y tiempo (1927). El estilo innovador, complicado y aun oscuro que utiliza Heidegger con el fin deabrir-mundos según el pensador (y que muchos consideran que es terriblemente oscuro y casi místico) influyó en Hans-Georg Gadamer, el estilo singular y difícil que utiliza Jean-Paul Sartre en El ser y la nada, el de Jacques Lacan cuando redacta sus Escritos, el de Jacques Derridacon su crítica a la Presencia, Gianni Vattimo y a una gran parte de pensadores envueltos en el debate sobre la muerte de Dios y el Ser, el nihilismo, la postmodernidad y la época post-capitalista.
Ahora bien, la obra de Heidegger, aborda, al tratar problemas ontológicos, también problemas de tipo semiótico; es de este modo que influye directamente en los hermenéuticos: Paul Ricoeur, Rüdiger Bubner y Hans-Georg Gadamer.
OBRAS
La obra de Heidegger suele entenderse como separada en dos períodos distintos cuya ruptura se encontraría en el viraje (Kehre) experimentado por su enfoque filosófico, por lo que es habitual hablar de dos etapas o momentos en supensamiento. Digamos que esta escisión señalada por estudiosos y críticos de su obra, el filósofo nunca la aceptó:
• Momento en que se sirve de la analítica existencial como instrumento o «prolegómeno» para replantear la pregunta tradicional de la metafísica, la pregunta por el «ser», como pregunta por el «sentido del ser» (claramente desde los primeros párrafos de Ser y tiempo). En esta etapa se concluye que el sentido del ser es íntimamente dependiente del tiempo, por esto podemos considerar la primera etapa como marcada por una búsqueda del «ser del tiempo».
• Un segundo periodo en el que, como el propio autor señala, concibe su pensamiento como el desarrollo de una «historia del ser». El objetivo fundamental de esta «historia del ser» radica en la comprensión de los vínculos entre el desarrollo de la cuestión del ser en la filosofía y la historia de Occidente (aunque no señalado por muchos encarar este momento según este enfoque, nos lleva a reminiscencias hegelianas). Esta segunda etapa ya no pretende abordar el «ser del tiempo» sino que se encara frente a los «tiempos del ser», en este sentido puede ser comprendido en viraje que se produce en su filosofía.
Sin embargo, en ambos períodos hay un mismo objetivo unificador: la elaboración y consiguiente respuesta a la pregunta por el sentido del ser(Sein).
El primer periodo viene marcado por su principal obra, Ser y tiempo (1927), obra que pretende abordar la pregunta por el sentido del ser pero que, quedando inconclusa, se centra en el estudio de la existencia humana. En esta obra confluyen, principalmente, tres tradiciones filosóficas:Historicismo y Hermenéutica a través de la lectura de Dilthey,Irracionalismo (Kierkegaard) y Fenomenología (Husserl).
En la segunda etapa de su pensamiento, cuyos primeros síntomas se perciben en su texto sobre La esencia de la verdad, el filósofo estudia la historia de la metafísica como proceso de olvido del ser, desde Platón, y como caída inevitable en el nihilismo (cuando se piensa el ente tan sólo, éste termina por aparecer vacío). En este sentido será fundamental su obra Nietzsche, obra donde se define su concepto de nihilismo.
De esta época son especialmente interesantes las obras en que revisa lahistoria de la filosofía, a través de las que irá aflorando una «nueva metafísica» cuyo germen ya estaba presente en su obra Ser y tiempo, sólo que allí permaneció oculta entre los diversos y penetrantes análisis sobre el hombre entendido como Dasein —ser-ahí—, que llevó a cabo.
Estudió teología católica, ciencias naturales y filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, donde fue discípulo deHeinrich Rickert, uno de los máximos exponentes del neokantismo de la Escuela de Baden y luego asistente deEdmund Husserl, el fundador de lafenomenología. Comenzó su actividad docente en Friburgo en 1915, para luego enseñar durante un período (1923–1928) en Marburgo. Retornó a Friburgo en ese último año, ya como profesor de filosofía.
Es una de la figuras protagónicas de la filosofía contemporánea: influyó en toda la filosofía del existencialismo del siglo XX, fue uno de los primeros pensadores en apuntar hacia la «destrucción de la metafísica» (movimiento que sigue siendo repetido), en «quebrar las estructuras del pensamiento erigidas por la Metafísica (que domina al hombre occidental)», que planteó que «el problema de la filosofía no es la verdad sino el lenguaje», con lo que hizo un aporte decisivo al denominado giro lingüístico, problema que ha revolucionado la filosofía. Mantuvo vigencia en muchos pensadores europeos —y con el paso del tiempo en los no europeos—, a partir de la publicación de Ser y tiempo (1927). El estilo innovador, complicado y aun oscuro que utiliza Heidegger con el fin deabrir-mundos según el pensador (y que muchos consideran que es terriblemente oscuro y casi místico) influyó en Hans-Georg Gadamer, el estilo singular y difícil que utiliza Jean-Paul Sartre en El ser y la nada, el de Jacques Lacan cuando redacta sus Escritos, el de Jacques Derridacon su crítica a la Presencia, Gianni Vattimo y a una gran parte de pensadores envueltos en el debate sobre la muerte de Dios y el Ser, el nihilismo, la postmodernidad y la época post-capitalista.
Ahora bien, la obra de Heidegger, aborda, al tratar problemas ontológicos, también problemas de tipo semiótico; es de este modo que influye directamente en los hermenéuticos: Paul Ricoeur, Rüdiger Bubner y Hans-Georg Gadamer.
OBRAS
La obra de Heidegger suele entenderse como separada en dos períodos distintos cuya ruptura se encontraría en el viraje (Kehre) experimentado por su enfoque filosófico, por lo que es habitual hablar de dos etapas o momentos en supensamiento. Digamos que esta escisión señalada por estudiosos y críticos de su obra, el filósofo nunca la aceptó:
• Momento en que se sirve de la analítica existencial como instrumento o «prolegómeno» para replantear la pregunta tradicional de la metafísica, la pregunta por el «ser», como pregunta por el «sentido del ser» (claramente desde los primeros párrafos de Ser y tiempo). En esta etapa se concluye que el sentido del ser es íntimamente dependiente del tiempo, por esto podemos considerar la primera etapa como marcada por una búsqueda del «ser del tiempo».
• Un segundo periodo en el que, como el propio autor señala, concibe su pensamiento como el desarrollo de una «historia del ser». El objetivo fundamental de esta «historia del ser» radica en la comprensión de los vínculos entre el desarrollo de la cuestión del ser en la filosofía y la historia de Occidente (aunque no señalado por muchos encarar este momento según este enfoque, nos lleva a reminiscencias hegelianas). Esta segunda etapa ya no pretende abordar el «ser del tiempo» sino que se encara frente a los «tiempos del ser», en este sentido puede ser comprendido en viraje que se produce en su filosofía.
Sin embargo, en ambos períodos hay un mismo objetivo unificador: la elaboración y consiguiente respuesta a la pregunta por el sentido del ser(Sein).
El primer periodo viene marcado por su principal obra, Ser y tiempo (1927), obra que pretende abordar la pregunta por el sentido del ser pero que, quedando inconclusa, se centra en el estudio de la existencia humana. En esta obra confluyen, principalmente, tres tradiciones filosóficas:Historicismo y Hermenéutica a través de la lectura de Dilthey,Irracionalismo (Kierkegaard) y Fenomenología (Husserl).
En la segunda etapa de su pensamiento, cuyos primeros síntomas se perciben en su texto sobre La esencia de la verdad, el filósofo estudia la historia de la metafísica como proceso de olvido del ser, desde Platón, y como caída inevitable en el nihilismo (cuando se piensa el ente tan sólo, éste termina por aparecer vacío). En este sentido será fundamental su obra Nietzsche, obra donde se define su concepto de nihilismo.
De esta época son especialmente interesantes las obras en que revisa lahistoria de la filosofía, a través de las que irá aflorando una «nueva metafísica» cuyo germen ya estaba presente en su obra Ser y tiempo, sólo que allí permaneció oculta entre los diversos y penetrantes análisis sobre el hombre entendido como Dasein —ser-ahí—, que llevó a cabo.
JHON LOCKE
John Locke nació en Wrington (cerca de Bristol), Inglaterra, el 29 de agosto de 1632. Se educó en la Westminster School y en la Christ Church de Oxford. En 1658 se convirtió en tutor y profesor de Griego y Retórica. Más tarde volvió a Oxford y estudió medicina.
La fama de Locke era mayor como filósofo que como pedagogo. Prácticamente todo el pensamiento posterior fue influenciado por su empirismo, hasta desembocar en el escepticismo de Hume. En lo pedagógico, Locke no pretendió crear un sistema educativo, sino explicar los lineamientos de la educación para los hijos de la nobleza, por consiguiente sus ideas representan tanto un reflejo de la percepción pedagógica de su tiempo como una reflexión profunda sobre sus bondades, defectos y alcances.
Influyó de forma determinante en las ideas de la Revolución Gloriosa y laDeclaración de Derechos Británica de 1689.
Tras algunas vicisitudes en el mundo de la política internacional, que le valieron no pocos problemas, Locke volcó la experiencia de su vida intelectual en dos obras cumbre: Ensayo sobre el entendimiento humano(1690) y Pensamientos sobre educación (1692). La última parte de su vida fue dedicada a tareas administrativas y económicas, murió en Oates, el 28 de octubre de 1704.
OBRAS
Estas son las obras de John Locke:
• Ensayos sobre el gobierno civil (1660–1662)
• Ensayos sobre la ley de la naturaleza (1664)
• Ensayo sobre la tolerancia (1667)
• Compendio del Ensayo sobre el entendimiento humano (1688) publicado en la Bibliothèque universelle editada por J. Le clerc.
• Carta sobre la tolerancia (1689)
• Tratados sobre el gobierno civil (1689). Reeditado en 1690, 1698 y 1713. Cada reedición incluye cambios y variaciones sobre la anterior. Aunque el propio Locke comunicó en una carta que la última versión (publicada póstumamente por su secretario en 1713) es la que quería que "pasara a la posteridad", actualmente se siguen editando traducciones de la primera y tercera versión. Existen importantes cambios, especialmente en el capítulo V, sobre la propiedad. Cf. Peter Laslett, “Introduction,” in Two Treatises on Goverment (Cambridge: Cambridge University Press, 1991).
• Ensayo sobre el entendimiento humano (1690)
• Segunda Carta sobre la Tolerancia (1690)
• Algunas consideraciones sobre las consecuencias de la reducción del tipo de interés y 1a subida del valor del dinero (Redactado en 1668 y publicado en 1691). Título original: Some Considerations of the Consequences of the Lowering of Interest, and Raising the Value of Money.
• Tercera Carta sobre la Tolerancia (1692), en la que defiende sus propios argumentos de los ataques de Joan Proast.
• Algunos pensamientos sobre la educación (1693)
• Racionabilidad del cristianismo (1695)
o Una vindicación de la racionabilidad del cristianismo (1695)
• Más consideraciones acerca de la subida del valor del dinero (1695). Título original: Further Considerations Concerning Raising the Value of Money.
No publicados o manuscritos póstumos
• 1660. Primer Tratado de Gobierno (o the English Tract)
• c.1662. Segundo Tratado de Gobierno (o the Latin Tract)
• 1664. Questions Concerning the Law of Nature (texto definitivo en latín, con trad. al [[inglés) de Robert Horwitz et al., eds., John Locke,Questions Concerning the Law of Nature, Ithaca: Cornell University Press, 1990).
• 1667. Essay Concerning Toleration
• 1669. The Fundamental Constitutions for the Government of Carolina. (Existe una polémica sobre si este manuscrito es una obra original de Locke, o que en la redacción de la misma ejerce simplemente su papel de secretario de los Lords Proprietors of Carolina. Ver J. R. Milton, “John Locke and the Fundamental Constitutions of Carolina,” en Locke, ed. J. Dunn y I. M. Harris, Lyme, USA: Edward Elgar Publ, 1997, 463-485; W. Glausser, “Three Approaches to Locke and the Slave Trade,” Journal of the History of Ideas 51, nº2, Jun. 1990: 199-216; J. Tully, “Rediscovering America: The Two Treatises and Aboriginal Rights,” en Locke's Philosophy: Content and Context, ed. G. A. J, Rogers, Oxford: Clarendon Press, 1994, 165-196; K. H. D. Haley, The first Earl of Shaftesbury, Oxford: Claredon Press, 1968; J. Farr “"So Vile and Miserable an Estate": The Problem of Slavery in Locke's Political Thought.” Political Theory 14, no. 2, Mayo 1986: 263-289; S. Drescher, “On James Farr's 'So Vile and Miserable an Estate',” Political Theory 16, nº3, Ago. 1988: 502-503; J. Farr, ¨Slaves Bought with Money¨: A Reply to Drescher,” Political Theory 17, nº3, Ago. 1989: 471-474.)
• 1676. Obligación de las Leyes Penales. (Título original: Obligation of Penal Laws).
• 1681-2. A defence of nonconformity en respuesta al sermón de Edward Stillingfleet. (El texto fue probablemente escrito por John Locke. Ver J. Marshall, John Locke: Resistance, Religion, and Responsibility, Cambridge: Cambridge University Press, 1994, 96-110. Sin embargo, Cranston sostiene que también pudo participar James Tyrrel en la redacción del panfleto. Cf. Cranston, M., John Locke: A Biography, London: Longmans, 1968, p. 194.
• 1686-7. De la ética en general. (Título original: Of Ethick in General).
• 1690. De la Alianza y la Revolución. (Título original: On Allegiance and the Revolution).
• 1697. Ensayo sobre la ley de pobres. (Título original: Essay on the Poor Law).
• 1706. La conducta del entendimiento
• 1707. Paráfrasis & Notas en las Epístolas de San Pablo
John Locke nació en Wrington (cerca de Bristol), Inglaterra, el 29 de agosto de 1632. Se educó en la Westminster School y en la Christ Church de Oxford. En 1658 se convirtió en tutor y profesor de Griego y Retórica. Más tarde volvió a Oxford y estudió medicina.
La fama de Locke era mayor como filósofo que como pedagogo. Prácticamente todo el pensamiento posterior fue influenciado por su empirismo, hasta desembocar en el escepticismo de Hume. En lo pedagógico, Locke no pretendió crear un sistema educativo, sino explicar los lineamientos de la educación para los hijos de la nobleza, por consiguiente sus ideas representan tanto un reflejo de la percepción pedagógica de su tiempo como una reflexión profunda sobre sus bondades, defectos y alcances.
Influyó de forma determinante en las ideas de la Revolución Gloriosa y laDeclaración de Derechos Británica de 1689.
Tras algunas vicisitudes en el mundo de la política internacional, que le valieron no pocos problemas, Locke volcó la experiencia de su vida intelectual en dos obras cumbre: Ensayo sobre el entendimiento humano(1690) y Pensamientos sobre educación (1692). La última parte de su vida fue dedicada a tareas administrativas y económicas, murió en Oates, el 28 de octubre de 1704.
OBRAS:
La fama de Locke era mayor como filósofo que como pedagogo. Prácticamente todo el pensamiento posterior fue influenciado por su empirismo, hasta desembocar en el escepticismo de Hume. En lo pedagógico, Locke no pretendió crear un sistema educativo, sino explicar los lineamientos de la educación para los hijos de la nobleza, por consiguiente sus ideas representan tanto un reflejo de la percepción pedagógica de su tiempo como una reflexión profunda sobre sus bondades, defectos y alcances.
Influyó de forma determinante en las ideas de la Revolución Gloriosa y laDeclaración de Derechos Británica de 1689.
Tras algunas vicisitudes en el mundo de la política internacional, que le valieron no pocos problemas, Locke volcó la experiencia de su vida intelectual en dos obras cumbre: Ensayo sobre el entendimiento humano(1690) y Pensamientos sobre educación (1692). La última parte de su vida fue dedicada a tareas administrativas y económicas, murió en Oates, el 28 de octubre de 1704.
OBRAS
Estas son las obras de John Locke:
• Ensayos sobre el gobierno civil (1660–1662)
• Ensayos sobre la ley de la naturaleza (1664)
• Ensayo sobre la tolerancia (1667)
• Compendio del Ensayo sobre el entendimiento humano (1688) publicado en la Bibliothèque universelle editada por J. Le clerc.
• Carta sobre la tolerancia (1689)
• Tratados sobre el gobierno civil (1689). Reeditado en 1690, 1698 y 1713. Cada reedición incluye cambios y variaciones sobre la anterior. Aunque el propio Locke comunicó en una carta que la última versión (publicada póstumamente por su secretario en 1713) es la que quería que "pasara a la posteridad", actualmente se siguen editando traducciones de la primera y tercera versión. Existen importantes cambios, especialmente en el capítulo V, sobre la propiedad. Cf. Peter Laslett, “Introduction,” in Two Treatises on Goverment (Cambridge: Cambridge University Press, 1991).
• Ensayo sobre el entendimiento humano (1690)
• Segunda Carta sobre la Tolerancia (1690)
• Algunas consideraciones sobre las consecuencias de la reducción del tipo de interés y 1a subida del valor del dinero (Redactado en 1668 y publicado en 1691). Título original: Some Considerations of the Consequences of the Lowering of Interest, and Raising the Value of Money.
• Tercera Carta sobre la Tolerancia (1692), en la que defiende sus propios argumentos de los ataques de Joan Proast.
• Algunos pensamientos sobre la educación (1693)
• Racionabilidad del cristianismo (1695)
o Una vindicación de la racionabilidad del cristianismo (1695)
• Más consideraciones acerca de la subida del valor del dinero (1695). Título original: Further Considerations Concerning Raising the Value of Money.
No publicados o manuscritos póstumos
• 1660. Primer Tratado de Gobierno (o the English Tract)
• c.1662. Segundo Tratado de Gobierno (o the Latin Tract)
• 1664. Questions Concerning the Law of Nature (texto definitivo en latín, con trad. al [[inglés) de Robert Horwitz et al., eds., John Locke,Questions Concerning the Law of Nature, Ithaca: Cornell University Press, 1990).
• 1667. Essay Concerning Toleration
• 1669. The Fundamental Constitutions for the Government of Carolina. (Existe una polémica sobre si este manuscrito es una obra original de Locke, o que en la redacción de la misma ejerce simplemente su papel de secretario de los Lords Proprietors of Carolina. Ver J. R. Milton, “John Locke and the Fundamental Constitutions of Carolina,” en Locke, ed. J. Dunn y I. M. Harris, Lyme, USA: Edward Elgar Publ, 1997, 463-485; W. Glausser, “Three Approaches to Locke and the Slave Trade,” Journal of the History of Ideas 51, nº2, Jun. 1990: 199-216; J. Tully, “Rediscovering America: The Two Treatises and Aboriginal Rights,” en Locke's Philosophy: Content and Context, ed. G. A. J, Rogers, Oxford: Clarendon Press, 1994, 165-196; K. H. D. Haley, The first Earl of Shaftesbury, Oxford: Claredon Press, 1968; J. Farr “"So Vile and Miserable an Estate": The Problem of Slavery in Locke's Political Thought.” Political Theory 14, no. 2, Mayo 1986: 263-289; S. Drescher, “On James Farr's 'So Vile and Miserable an Estate',” Political Theory 16, nº3, Ago. 1988: 502-503; J. Farr, ¨Slaves Bought with Money¨: A Reply to Drescher,” Political Theory 17, nº3, Ago. 1989: 471-474.)
• 1676. Obligación de las Leyes Penales. (Título original: Obligation of Penal Laws).
• 1681-2. A defence of nonconformity en respuesta al sermón de Edward Stillingfleet. (El texto fue probablemente escrito por John Locke. Ver J. Marshall, John Locke: Resistance, Religion, and Responsibility, Cambridge: Cambridge University Press, 1994, 96-110. Sin embargo, Cranston sostiene que también pudo participar James Tyrrel en la redacción del panfleto. Cf. Cranston, M., John Locke: A Biography, London: Longmans, 1968, p. 194.
• 1686-7. De la ética en general. (Título original: Of Ethick in General).
• 1690. De la Alianza y la Revolución. (Título original: On Allegiance and the Revolution).
• 1697. Ensayo sobre la ley de pobres. (Título original: Essay on the Poor Law).
• 1706. La conducta del entendimiento
• 1707. Paráfrasis & Notas en las Epístolas de San Pablo
John Locke nació en Wrington (cerca de Bristol), Inglaterra, el 29 de agosto de 1632. Se educó en la Westminster School y en la Christ Church de Oxford. En 1658 se convirtió en tutor y profesor de Griego y Retórica. Más tarde volvió a Oxford y estudió medicina.
La fama de Locke era mayor como filósofo que como pedagogo. Prácticamente todo el pensamiento posterior fue influenciado por su empirismo, hasta desembocar en el escepticismo de Hume. En lo pedagógico, Locke no pretendió crear un sistema educativo, sino explicar los lineamientos de la educación para los hijos de la nobleza, por consiguiente sus ideas representan tanto un reflejo de la percepción pedagógica de su tiempo como una reflexión profunda sobre sus bondades, defectos y alcances.
Influyó de forma determinante en las ideas de la Revolución Gloriosa y laDeclaración de Derechos Británica de 1689.
Tras algunas vicisitudes en el mundo de la política internacional, que le valieron no pocos problemas, Locke volcó la experiencia de su vida intelectual en dos obras cumbre: Ensayo sobre el entendimiento humano(1690) y Pensamientos sobre educación (1692). La última parte de su vida fue dedicada a tareas administrativas y económicas, murió en Oates, el 28 de octubre de 1704.
OBRAS:
BERKELEY
Berkeley nació en Dysert, cerca de Thomastown, Irlanda. Fue el hijo mayor de William Berkeley, miembro de la familia nobiliaria de Berkeley. Recibió su educación en el Kilkenny College, y asistió a las clases del Trinity College de Dublín, donde acabó sus estudios en 1707. Permaneció en el Trinity College hasta lograr un título de profesor de Griego. Su primera publicación fue de carácter matemático, pero la primera que le ganó notoriedad fue su Ensayo hacia una nueva teoría de la visión, publicado en 1709. Aunque levantó mucha polémica en su momento, sus conclusiones forman parte en la actualidad de la óptica. En 1710 publicó el Tratado sobre los principios del conocimiento humano y en 1713 losTres diálogos entre Hylas y Philonus, en los que desarrolló su sistema filosófico, cuyo principio fundamental es que el mundo que se representa en nuestros sentidos sólo existe si es percibido. El Tratado es una exposición, mientras que los diálogos constituyen su defensa. Uno de sus objetivos principales fue combatir el materialismo, teoría dominante en su época. Aunque sus teorías fueron ridiculizadas, algunos, como S. Clarke, le consideraron un genio. Poco después visitó Inglaterra donde fue recibido por Addison, Pope y Steele. En el periodo entre 1714 y 1720 alternó sus trabajos académicos con viajes por Europa. En 1721 recibió un doctorado en teología, y decidió permanecer en el Trinity College de Dublín dando clases de Teología y Hebreo. En 1724 se le hizo deán de Derry.
En 1725 se embarcó en un proyecto de fundar una escuela en las islasBermudas para los misioneros de las colonias, dejando el deanato que le reportaba unos ingresos de 1100£ por un salario de 100£. Desembarcó cerca de Newport (Rhode Island), donde compró una plantación. El 4 de octubre de 1730, Berkeley compró «un negro llamado Philip de aproximadamente catorce años». El 11 de junio de 1731, «el deán Berkeley bautizó a tres de sus negros como Philip, Anthony y Agnes Berkeley»1
Los sermones de Berkeley explicaban a los colonizadores que elcristianismo apoyaba la esclavitud, y en consecuencia los esclavos debían ser bautizados: «sería una ventaja para sus negocios (de los patrones) tener esclavos que deban "obedecer en todo a sus patrones desde las entrañas, no sólo cuando les observan, sino de todo corazón, temerosos de Dios"; que la libertad del evangelio concuerda con la servidumbre temporal, y que todos sus esclavos sólo serán mejores esclavos siendo cristianos».2
Vivió en la plantación mientras aguardaba a que llegaran los fondos para su escuela. Sin embargo, estos fondos no parecían ir a llegar pronto, así que en 1732 volvió a Londres. En 1734 fue designado obispo de Cloyne. Poco después publicó Alciphron, o el filósofo insignificante, contraShaftesbury, y en 1734-1737 The Querist. Sus últimas publicaciones fueron Siris, un tratado sobre las virtudes medicinales de la infusión de resina de pino, y Further thoughts on tar-water (más pensamientos acerca de la infusión de resina de pino).
Permaneció en Cloyne hasta 1752, fecha en la que se retiró y se fue vivir con su hijo a Oxford.
En 1725 se embarcó en un proyecto de fundar una escuela en las islasBermudas para los misioneros de las colonias, dejando el deanato que le reportaba unos ingresos de 1100£ por un salario de 100£. Desembarcó cerca de Newport (Rhode Island), donde compró una plantación. El 4 de octubre de 1730, Berkeley compró «un negro llamado Philip de aproximadamente catorce años». El 11 de junio de 1731, «el deán Berkeley bautizó a tres de sus negros como Philip, Anthony y Agnes Berkeley»1
Los sermones de Berkeley explicaban a los colonizadores que elcristianismo apoyaba la esclavitud, y en consecuencia los esclavos debían ser bautizados: «sería una ventaja para sus negocios (de los patrones) tener esclavos que deban "obedecer en todo a sus patrones desde las entrañas, no sólo cuando les observan, sino de todo corazón, temerosos de Dios"; que la libertad del evangelio concuerda con la servidumbre temporal, y que todos sus esclavos sólo serán mejores esclavos siendo cristianos».2
Vivió en la plantación mientras aguardaba a que llegaran los fondos para su escuela. Sin embargo, estos fondos no parecían ir a llegar pronto, así que en 1732 volvió a Londres. En 1734 fue designado obispo de Cloyne. Poco después publicó Alciphron, o el filósofo insignificante, contraShaftesbury, y en 1734-1737 The Querist. Sus últimas publicaciones fueron Siris, un tratado sobre las virtudes medicinales de la infusión de resina de pino, y Further thoughts on tar-water (más pensamientos acerca de la infusión de resina de pino).
Permaneció en Cloyne hasta 1752, fecha en la que se retiró y se fue vivir con su hijo a Oxford.
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